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Cuando era niña le prohibieron hablar quechua y ahora lo enseña en prestigiosa universidad de EE.UU.


Cuando Marisol Necochea era aún una niña sus padres le prohibieron, a ella y a sus 10 hermanos, hablar  y aprender el idioma quechua, pero tanto fue su interés por aprender que ahora lo enseña en la prestigiosa Universidad de Stanford.

La historia de esta apurimeña es digno de ser contada y digno de ser tomada como ejemplo de superación ante los obstáculos que nos imponen muchas veces las sociedades en que vivimos.
Cuando Marisol Necochea, nacida en los 70 en Apurímac, era aún una niña, sus padres le prohibieron, a ella y a sus 10 hermanos, hablar  y aprender el idioma quechua, siendo ellos quechuahablantes nativos. Sin embargo, eso no fue un impedimento para que aprendiera esta milenaria lengua por su cuenta. Tanto fue su interés que ahora enseña este idioma en la prestigiosa Universidad de Stanford.
Ella relató al portal KQED, que sus padres no querían que aprendieran quechua porque temían que se confundieran con el español; incluso en aquellos años los profesores castigaban a los niños si eran sorprendidos hablando en ese idioma, afirma.
Pero a pesar de todos estos impedimentos, Marisol Necochea, aprendió a hablar el idioma de los incas gracias a los ancianos de su pueblo que acudían a ayudar a su madre en las labores del campo. “Ellos hablaban más quechua que español”, dice.
Ella se mudó a San Francisco, EE.UU., hace más de 20 años. Ahí trabajó como tutora de español y vendedora. Fue hace 10 años que se convirtió en profesora de quechua en la Universidad de Standford.
Marisol Necochea, es profesora de quechua en Stanford desde hace 10 años. (Fuente)
Ahora sus padres la visitan cada cierto tiempo y se sienten orgullosos de su hija y siempre hablan en quechua.
Hay infinidad de historias similares en el Perú, casos que han sido documentados incluso por los sociólogos como parte de sus estudios sobre la sociedad peruana; en particular, sobre las poblaciones nativo-quechuahablantes que, décadas atrás, migraron del campo a las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades para ellos y para sus hijos.
Es en ese trajín que prohibían a sus hijos hablar en quechua, o incluso ellos mismos negaban ser quechuahablantes por miedo a ser discriminados y etiquetados como ‘indios', ‘cholos’, ‘serranos’, o con algún otro término peyorativo que emanaba de vocabulario del citadino que poco o nada conocía de la cultura peruana, de nuestra historia, o del respeto al otro, de sus costumbres y tradiciones.
Pero con el paso de los años, la sociedad peruana está superando estas taras que heredamos de la época colonial, estamos entrando en una etapa de madures social y cultural, ya nos estamos aceptando como somos: una mescolanza de colores, de sabores y culturas; una sociedad en donde todos los grupos humanos que lo conformamos tenemos una historia detrás digno de ser contada, conocida y admirada. Y ese es el caso de los quechuhablantes, de los aimarahablantes, de los grupos étnicos de nuestra Amazonía y los afroperuanos.
Algunos afiches que comparte la profesora Marisol Necochea, para promover
sus cursos de quechua en Stanford. (Fuente)
Ahora en nuestro país la discriminación es un delito, los prejuicios ya son sinónimo de atraso cultural y síntoma de desconocimiento; el interés por aprender el idioma quechua, la lengua de nuestros ancestros, en nuestra población es inmensa, por decirlo de alguna forma. Por tanto, me atrevo a decir, que estamos a un paso de consolidar nuestra identidad como peruanos. Claro que aún hay por ahí uno que otro que se está quedando muy atrás, estancado en la época colonial o en el medio evo, que rechaza y exclama en las redes sociales su desagrado por estos avances que está logrando nuestra sociedad.
He conocido decenas de casos como el de Marisol Necochea, ahora ella enseña el quechua en la Universidad de Stanford y, según contó, eso la hace muy feliz. Del mismo modo, hay cientos de activistas en las redes sociales, con historias similares, pero que sin embargo, ahora enseñan a otros a hablar orgullosamente nuestra milenaria lengua nacional.
No hay nada más poderoso que la identidad y el amor por lo nuestro para vencer a la discriminación y a los prejuicios. Por eso es de suma importancia que los padres enseñen a sus hijos hablar en su idioma nativo, a conocer la historia de sus antepasados y el valor que poseen sus legados ancestrales, es de este modo que se fortalece la identidad.
Fuentes consultadas: www.kqed.org | www.diariocorreo.pe

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1 Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Marisol Necochea: ñoqa napayakamuyki runasimillapi ama hina kaspayki chaskiykuway:
kay makillaypi
kay simillaypi
kay llampu shunqullaypi
shumaq simillapi
chaskiykuway.

allinta yachaspaykiqa yachachiy phaqu chuscha runakunata.

Ayahuay Perú llaqtapi.