Un antiguo pueblo dominó la costa norte del Perú. Lo que se sabe sobre ellos se debe gracias a la increíble cerámica que nos dejaron. Ellos eran los mochicas, una de las más antiguas civilizaciones de América del Sur.
Los guerreros de esta
antigua civilización eran recibidos, tras cada conquista, con una fiesta que
era preparada por los miembros de la élite gobernante. Adornados con coloridas
plumas y pinturas por todo el cuerpo, levantaban sus armas, hechos de madera o
metal, en las que llevaban colgados las armas y los adornos de sus enemigos
vencidos en batalla. Delante de ellos, algunos de sus enemigos derrotados caminaban,
desnudos, desarmados y atados por el cuello con una soga. Al ingresar al centro
ceremonial, los victoriosos guerreros eran recibidos por los miembros de la élite,
quienes, luciendo sus mejores vestimentas y adornos, se disponían danzando a un
lado del camino por donde pasaban los guerreros.
Esta escena
que acabamos de describir no es producto de nuestra imaginación, aparece pintado en un mural en relieve de
la Huaca de la Luna, ubicada en la costa norte del Perú, región que fue el
territorio del pueblo moche. Según los estudiosos, estas pinturas representan muy
probablemente un hecho histórico real, una conmemoración de alguna victoria del
antiguo pueblo mochica sobre otro pueblo vecino.
El sacrificio ritual mochica de prisioneros aparece representado en infinidad de cerámicas y relieves pintados en las huacas. |
Los mochicas son considerados una de las civilizaciones más
antiguas de Sur América, pueblo que desapareció mil años antes del surgimiento
de los incas y dominaran los andes. Nos dejaron
pocas pistas de su existencia, por eso ha sido muy difícil para los estudiosos
determinar quiénes eran, cómo vivían y cómo desaparecieron. Sobre los incas existen narrativas en las
crónicas, relatos y testimonios incluso de los propios nativos o descendientes
de los mismos. Pero sobre los mochicas, que vivieron mil años antes que los
incas, no aparece ningún dato en esas narrativas.
Representación de un antiguo gobernante mochica, el Señor de Sipán. | Foto: PromPerú |
La costa
peruana, que fue parte del océano hace millones de años, es un lugar completamente
árido, desértico y lleno de dunas. Pero
sin embargo, este antiguo pueblo fue capaz de dominar ese desierto, aunque
habitar en esa región puede que no haya sido tan difícil. El rio Moche y
otros ríos que hay en esa región abastecen constantemente de agua producto del
deshielo de los andes. Además, la pesca y la recolección era una de las
actividades primordiales de la costa por ser esta una de las más ricas del
mundo.
Sin embargo,
los mochicas crearon un sofisticado sistema de canales y ductos de agua para
irrigar el desierto árido y no ser dependiente de las lluvias. Y el mar les
garantizaba una gran variedad de peces y algas, la base de su alimentación.
Los mochicas
vivieron entre los siglos I aC y VIII dC, aproximadamente, cuando
desaparecieron fueron absorbidos por otras culturas que surgieron en la región.
Fueron los primeros en erigir
arquitecturas monumentales con grandes pirámides como las Huacas del Sol y de
la Luna. Lo que hoy denominamos la Civilización
Mochica era, en realidad, un mosaico de grupos étnicos autónomos que compartían
tradiciones. "No existía una
política unificada, pero al menos dos instituciones políticas
independientes", afirma la historiadora Cristiana Bertazoni, del Centro de Estudios Andinos y
Mesoamericanos de la USP.
Una de estas
instituciones políticas estaba ubicado en los valles de Moche y Chicama. La otra,
en los valles de Lambayeque y Jequetepeque. Los dos están ubicados en la costa
norte del actual Perú, pero los estudiosos los han denominado los mochicas del
sur y los mochicas del norte, respectivamente. Mientras que los mochicas del
norte limitaban con su área tradicional, los otros grupos iniciaron una política
expansionista, especialmente hacia el sur, aunque ambos grupos compartían similitudes
en sus tradiciones ceremoniales, en sus costumbres funerarias, artísticas y
rituales.
Ilustración de la sociedad mochica. |
Como no poseían
escritura, ellos relataban su mitología y
su cotidianidad en murales y piezas de cerámica. El clima seco del desierto
ha contribuido en la preservación de infinidad de piezas de cerámica de esta
cultura. A los investigadores, quienes
han estudiado estos objetos, les ha permitido afirmar con certeza algunos pasajes
sobre la historia olvidada de este pueblo.
"Era una sociedad jerarquizada, de élites
expansionistas, que hacía capturas, decapitaciones y guerras.”, “Redes
políticas absorbían otras ciudades, formando grandes confederaciones.” afirma el historiador brasilero Eduardo Natalino dos Santos, de la USP,
especialista en pueblos precolombinos, en un artículo publicado en la revista de arqueología Aventuras Na Historia.
La cerámica
mochica era objeto de comercialización o intercambio en una región bastante amplia.
Fue exportada y copiada por otras localidades
influenciadas por esta cultura. De ese modo es que tenemos conocimiento que
hubo una expiación mochica, producto de acciones bélicas o intercambios comerciales,
que abarcó una gran extensión de territorio pero que más tarde entró en
decadencia.
Arte mochica Getty Images |
Arte mochica Getty Images |
Los
gobernantes mochicas eran considerados como semidioses. En las ceremonias los
siervos esparcían sulfato de mercurio en el suelo para que el monarca no pueda
pisarlo directamente. Estaba acompañado siempre por un militar, incluso
este le acompañaba hasta la tumba. El señor moche portaba una corona, un cetro de poder y una naranja de oro.
La sociedad moche
estaba extremadamente jerarquizada, las pinturas en el cuerpo representaban el
estado social y el clan de cada individuo. Como cabeza principal de la sociedad
se encontraba el jerarca moche, después de él se encontraban los sacerdotes y después
de ellos los militares, los nobles, los artesanos, los pescadores y así sucesivamente.
El arma
principal de los guerreros moche consistía en un cetro de madera de 5 kg,
recubierto con cobre, este instrumento
fue el causante de infinidad de cráneos fracturados
que han sido hallados por los arqueólogos en los yacimientos de esa región. Los
guerreros eran iniciados desde la infancia en los ritos que serían decisivos
para su futuro. Llegada la adultez, participaban
en una carrera, el ganador era nombrado guardia personal del gobernante.
La cerámica con
estilo muy particular de los mochicas más tarde fue incorporada por otros
pueblos, entre ellos los incas. Las más
famosas cerámicas de manufactura mochica son los llamados “huacos eróticos” con representaciones fálicas y del acto sexual.
Los sacrificios mochica
Esta antigua
cultura practicó los sacrificios humanos, así lo evidencian los distintos hallazgos
arqueológicos. Además practicaban rituales donde las vírgenes se lanzaban hacia
el precipicio bajo los efectos de un alucinógeno al cual se le conoce hoy como el cactus “San pedro”. Los prisioneros de guerra eran sacrificados
en honor al Dios Decapitador o Ai-apaec, cuya representación aparece dibujado en
muchas vasijas y murales. Los sacrificios practicados por los mochicas pueden
ser explicados de manera sencilla. Como
ocurrió en toda la región de la América precolombina y practicado también por otras
culturas ancestrales alrededor del mundo, estos rituales eran mecanismos de poder
y coerción. Servían para que la élite garantizase su hegemonía. En la cultura
mochica, se realizaban también para agradar a los dioses, recibir favores de
ellos y mantener el equilibrio del mundo.
El dios máximo de los Mochicas: Ai-apaec (el decapitador), que aparece dibujado en muchas vasijas y en los murales de la Huaca de la Luna. |
Aun así, el
mundo mochica comenzó a derrumbarse alrededor del año 500 de nuestra era. Los estudiosos
no sabían que es lo que provocó la desaparición de esta cultura, hasta que en 1955, el arqueólogo Steve
Bourget, descubrió en la Huaca de la Luna miles de huesos que habían sido enterrados
en el lodo. Esto hizo entender a los estudiosos que estos restos eran
producto de sacrificios para aplacar una época de lluvia abundante. Pero en el litoral
donde habitaron los mochicas la lluvia es muy raro aun hasta hoy.
La pista para desentrañar este misterio estaba en los Andes. Por medio de la observación de glaciares, se constató que la costa sufrió, entre 560 y 650, un cambio climático atroz causado por el fenómeno de El Niño que hasta hoy asola el continente americano. Los estudios concluyeron que fueron 30 años de constante inundación en la costa, seguido de 30 años de sequía y otros 30 años de guerra civil por los escasos recursos. Los estudiosos teorizan que, probablemente, nadie más quería ser víctima de sacrificios, la gente comenzó a dudar de la eficacia de estos rituales. Era la ira de los dioses que parecía no terminar jamás. Seguramente, hasta una sociedad moderna de nuestro tiempo hubiera sucumbido ante tal embate de la naturaleza. Es de ese modo, que la antigua sociedad mochica llegó a fin.
Ilustración: Archivo AH |
1. Cuchillo Ceremonial (El Tumi)
Este
artefacto de oro, ornamentado con turquesas, era usado especialmente en los
rituales de sacrificio, para la decapitación del sacrificado. Las réplicas de
este cuchillo hoy en día se venden como artesanía en la región que fue ocupado
por los moche.
2. La nariguera
Era un
ornamento usado solo por la élite mochica, estaba hecho de cobre y oro. Los
monarcas solían cubrir parte de su rostro con esta pieza como una señal de su
divinidad.
3. Las joyas
Los
artesanos mochicas eran hábiles orfebres y crearon maravillas. Pendientes
similares a este fueron elaborados de oro, turquesa, coral y lápiz-lazúli. Estos
objetos eran usados solo por los miembros de la élite. Estas joyas eran
enterradas con ellos.
4. El arte moche
La cerámica mochica es una de las más importantes expresiones
artísticas y culturales del antiguo Perú que inspiró el arte de varios pueblos antiguos,
como los incas. Las condiciones climáticas de la región que
ocuparon los mochicas ayudaron a preservar miles de estos objetos, como los que
podemos apreciar en la siguiente imagen.
Cerámica mochica (Museo Larco, Lima, Perú) |
Ilustración Foto: Archivo revista AH
Foto de portada: Representación del Señor de Sipán y su corte. Sala Real del Museo Tumbas Reales de Sipán, Lambayeque, Perú / Ricardo F. Simán
Fuentes consultadas: www.aventurasnahistoria.uol.com.br
| www.elbrujo.pe
| es.wikipedia.org
Artículo referencial: Antes dos incas: o grande enigma da civilizacao moche.
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