Un post compartido por un usuario de la red social Facebook afirma que en la sociedad inca existían mujeres que
practicaban la prostitución. ¿Cuánto de cierto hay en dicha afirmación? Dos
historiadores nos brindan sus argumentos al respecto.
Un usuario de
la red social Facebook, compartió un post asegurando que en el Tawantinsuyu existían mujeres que practicaban
la prostitución, a las cuales se les denominaba las ‘pampairunas’. Sin embargo, tal afirmación, según los historiadores, carece de sustento histórico y el
verificador del diario La República lo calificó de “información imprecisa”
porque no existen evidencias que sustenten de que realmente esto fue así y,
por tanto, aún está en discusión entre los estudiosos del mundo andino.
La
organización social del antiguo
Tawantinsuyu era muy compleja, es por esa razón que los cronistas de la
colonia temprana, al no poder entenderla desde su punto de vista occidental,
escribieron muchas imprecisiones e inexactitudes, es por eso que los estudiosos actuales siempre nos
recomiendan tener mucho cuidado a la hora de hacer interpretaciones de los
pasajes de sus escritos. Si vamos hacer una investigación, debemos apoyarnos
con los estudios más contemporáneos, debido a que estos han tenido acceso a
mucha más información historiográfico, arqueológico, antropológico y lingüístico de la que
tuvieron en su momento los cronistas, quienes solo escribieron lo que veían o escuchaban en su tiempo, más no se basaron en estudios de distintas disciplinas científicas, que son muy necesarios para sustentar una tesis.
Un usuario de la red social Facebook, compartió un post asegurando que en el Tawantinsuyu existían mujeres que practicaban la prostitución. | Foto: captura de Facebook |
Dicho esto,
el historiador, magíster y docente universitario, Augusto Lostaunau, quien dialogó con el verificador del diario La
República, afirmó que sobre el caso en particular de las “pampairuna” aún hay mucho en debate y aún hay mucho por
investigar.
En una nota publicada por el Verificador del
mencionado diario, Lostaunau señaló que ‘pampairunas’ se refiere a un grupo de mujeres
y varones que ejercían la “prostitución” (entre comillas ya que está en
discusión) en la época del Tawantinsuyu. “Se
supone que para que se practique la
prostitución debe existir una ‘contraprestación de servicio’”. En otras
palabras, “una persona debe entregar
dinero u algún objeto valioso a cambio de un acto o favor sexual”, explicó
el historiador.
Sin embargo,
no hay fuentes solidas que sustenten que
los ‘pampairunas’ practicaban esa contraprestación, por tanto, no se puede
asegurar que eso fue así. Una de las fuentes donde se pueden hallar referencias
sobre los ‘pampairunas’ son los Comentarios
Reales del Inca Garcilaso de la Vega, pero, lamentablemente, como en todas
las crónicas, hay muchas imprecisiones
en sus escritos, muchos de los cuales aún no han podido ser sustentados con las
investigaciones actuales, aunque Lostaunau señala que Garcilaso de la Vega tenía muchos prejuicios del mundo andino.
Es muy
probable que su obra fue escrito de esa manera, trastocando la historia del Tawantinsuyu, para que pueda ser leída,
entendida y aceptada por la sociedad occidental desde una visión
judeocristiana. La alteración del
conocimiento y las costumbres de la sociedad andina es un problema recurrente
en las crónicas. Una sociedad que se desarrolló durante miles de años y de
manera autónoma, que poseía su propia ideología y su propia cosmovisión muy
distinta a la europea, definitivamente no fue entendida por los cronistas
quienes no eran precisamente especialistas y, además, tenían que escribir con
cautela para agradar a la sociedad e instituciones dominantes de su tiempo.
Es así que,
en los escritos de Garcilaso de la Vega, las ‘pampairunas’ aparecen como “mujeres
públicas”. Del término quechua
“pampa” que quiere decir plaza o campo llano; y del término “runa” que en
singular quiere decir persona, hombre o mujer, y en plural expresa personas,
gente.
De modo que,
ambas palabras en conjunto expresan: “gente
que vive en el campo, esto debido a su mal oficio, y si lo traducimos por su
significado de plaza, expresa persona o mujer de plaza, esto nos da a entender
que, como la plaza es pública, quiere decir mujer pública”, explica el
historiador.
Además
Lostaunau señala que la mayoría de los cronistas eran sacerdotes, e incluso, algunos,
en su afán por demostrar que los habitantes del Tawantinsuyu eran como “seres
menores de edad”, omitieron muchos aspectos que ellos consideraban pecado o
de la mala vida en la Europa de aquel entonces. Otros, en cambio, resaltaron
más estos aspectos para usarlos como argumento y justificar la evangelización
de los naturales.
El
historiador también indicó que existen otras versiones donde se señala que el
origen de los y las ‘pampairunas’ está en las guerras. Eran varones y mujeres de los pueblos que fueron vencidos y sometidos
por los incas en los conflictos.
Por otro
lado, la historiadora Sara Beatriz
Guardia, en su obra titulado “Mujeres
peruanas. El otro lado de la historia”, señala la existencia de “mujeres públicas” en el Tawantinsuyu que, según los escritos de
Garcilaso de la Vega, eran denominadas ‘pampairunas’. Eran utilizadas por los
nobles para practicar la poligamia, además, eran despreciadas, y estaban
alejadas de la población.
Pero sin
embargo, la historiadora señala que esta
información que proporciona el Inca Garcilaso no es exacta, además es
negado por otros cronistas mestizos como Juan
Santa Cruz Pachacutic, Guamán Poma de Ayala y Fray Calixto Túpac Inca. Y es descartado completamente por el
cronista español Cristóbal de Molina
en 1533, quien por haber residido por muchos años en el Cusco, estaba muy
comprometido con la cultura andina.
La
historiadora considera que a partir de
la invasión española es cuando se comenzó a usar el término “mujeres públicas”,
y se les atribuía a las mujeres que ejercían el oficio de la prostitución. Por
tal razón, concluye, que esta actividad apareció
en el mundo andino recién con la llegada de los españoles, como consecuencia de
la gran miseria generalizada que causó la llamada “conquista de América”.
Por su
parte, Waldemar Espinoza Soriano, en
su libro “Los Incas. Economía, Sociedad
y Estado en la era del Tahuantinsuyo”, reconoce la existencia de la
prostitución en la sociedad inca, además explica que este oficio estaba
controlado y reglamentado por el estado. Señala que no lo ejercían mujeres de
manera voluntaria o motivadas por alguna necesidad, sino por imposición del gobierno
con la finalidad de que los solteros no perturbaran el orden social deseando
mujeres ajenas, argumenta.
Luego de
todo lo señalado en este artículo, la nota publicada
por el Verificador del diario La República, concluye de que el post que fue
compartido en la red social Facebook es impreciso, debido a que este tema
está aún es discusión entre los expertos; quienes
no niegan la existencia de los ‘pampairunas’, pero aún no se ha podido
determinar si quienes ejercían este oficio recibían algún pago a cambio de un
servicio sexual. No olvidemos que para que exista prostitución, propiamente
dicha, debe existir una ‘contraprestación
de servicio’, como bien lo señala el historiador Augusto Lostaunau.
Cabe señalar
también que, este tipo de publicaciones llenos de imprecisiones, medias verdades o con argumentos
falsos y mal intencionados circulan en las redes sociales, como por ejemplo: el nombre de Atahualpa era Atabaliba; la arquitectura inca fue hecho
por extraterrestres; el genocidio en América tras la llegada de los españoles es leyenda negra, los incas hacían lo mismo que los españoles, los incas eran esclavistas, y otros
similares, cuya finalidad, en la mayoría de los casos, es la de
tergiversar la historia muy convenientemente en favor de unos y en desmedro de otros, pero la verdad histórica no se
puede ocultar ni tergiversar, la vedad siempre sale a la luz, y las mentiras
muchas veces solo terminan estallándonos en la cara, como ya ha ocurrido muchas
veces. Por eso es recomendable documentarse bien, consultar con los expertos, a los más
entendidos, antes de creer a ciegas en publicaciones sospechosas que circulan en
las redes sociales y dejarse influenciar por ellas.
Fuente consultada: www,larepublica.pe/verificador
Puedes leer
el artículo referencial AQUÍ.
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