Los logros de los incas
en el campo de la medicina han sido motivo de estudios durante las últimas décadas
debido a las sorprendentes proezas que alcanzaron: desarrollaron desde complicadas
cirugías craneales hasta transfusiones sanguíneas y, según los últimos estudios, también extracciones y curaciones dentales.
Los logros de los incas en la
medicina han sido motivo de estudios durante las últimas décadas debido a las sorprendentes
proezas que alcanzaron en el campo sin tener la tecnología que poseemos
hoy en día: desarrollaron complicadas cirugías craneales, transfusiones sanguíneas
y, como no, según los últimos estudios, extracciones y curaciones dentales.
Muchas veces nos hemos preguntado: ¿ya existían odontólogos en la época
inca?, o ¿cómo y quién se encargaba de dar solución a este problema que
aquejaba a algún miembro de la nobleza inca? por citar un ejemplo. Pues de
hecho, es muy lógico que haya existido alguien responsable en dar solución a algún
problema dental que tuviera un miembro importante del Tawantinsuyu; un especialista, algo similar a los odontólogos de
nuestro tiempo.
Se dice que la vida cotidiana en el antiguo Tawantinsuyu era saludable, aun así la población estaba expuesta a
sufrir problemas dentales y otros males.
En los escritos del cronista Inca Garcilaso de la Vega hay referencias al respecto; él afirma que los incas usaban hojas de coca para
aliviar el dolor de muelas, y que antes de extraer los dientes primero eran
aflojados untando una resina cáustica debajo de las encías.
Se trata de la resina de árbol Myroxylon balsamum o bálsamo del Perú, esto se usaba para curar enfermedades
gingivales, y en algunos casos más graves se usaba la cauterización, señala el portal El Comercio.
Sin embargo, las evidencias arqueológicas que puedan sustentar los escritos
del cronista son escasas; aunque se han encontrado, en restos arqueológicos que datan de la época inca, varios tipos de coloraciones
y esculpidos dentales como parte de la ornamentación personal o ceremonial.
Aunque la ornamentación dental no era una práctica común en la época Inca, en Ecuador se han hallado cráneos que muestran mutilaciones a base del limado de dientes, incrustaciones de oro y lo que parece ser la inserción de orificaciones en cavidades previamente preparadas en las superficies gingivolabiales de los dientes incisivos, como bien podemos apreciar en la siguiente imagen.
Aun así, son muy pocos los estudios que han reportado evidencias de dientes “curados”; por tal motivo, esta práctica en la época inca es muy poco conocida y la información es limitada.
Pero en el año 2016, investigadores de la Universidad de Nueva York y del
Ministerio de Cultura del Perú publicaron en la revista Journal of
Comparative Human Biology un interesante artículo titulado “Primera evidencia de odontología prehispánica en América del Sur”, publicación que detalla un hallazgo arqueológico
que nos ilumina un poco el panorama.
En esta publicación los investigadores dan a conocer el hallazgo de dos cráneos
en el Cusco (dos varones de unos 27 y 40 años), que datan del periodo horizonte
tardío (1476 – 1532, de la época Inca); estos cráneos presentan un diente
canino perforado. ¿Esto es evidencia del trabajo de un odontólogo incaico? Esa
es la gran pregunta.
Perforaciones dentales halladas en dos cráneos que datan de la época incaica. Ortiz et al. (2015). |
Los análisis realizados sugieren que estos dos dientes fueron perforados
artificialmente. Hay evidencia de manipulación intencional de las cámaras
pulpares y la presencia de estrías y marcas profundas a lo largo de las paredes
de las perforaciones, señala el estudio.
Este hallazgo es una evidencia fuerte de la práctica de la odontología en la época
inca.
Según la afirmación de los estudiosos, existe la probabilidad de que las
infecciones dentales en el periodo inca hayan sido más comunes de lo que se creía, y que los 'odontólogos' de aquel entonces hayan usado lo que tenían a su
alcance para el tratamiento de las dolencias, como la masticación de la hoja de
coca.
Sin embargo, cuando ya era necesario la extracción, posiblemente hayan usado
la hoja de coca como anestésico local y procedieran a remover la pulpa dentaria
infectada con un taladro de mano, que pudo haber sido hecho de hueso o metal, concluyen.
Si bien es cierto, este estudio nos permite plantearnos hipótesis interesantes
sobre los odontólogos de la época incaica y sus métodos de curación y extracción
dental, aun las evidencias son pocas y muy limitadas para desarrollar un perfil
histórico completo de estos especialistas precolombinos. Esperamos que más
futuros hallazgos arqueológicos nos brinden más evidencias al respecto y más
estudiosos se sumen a la investigación de este interesante tema.
Fuentes consultadas: www.blog.radmedica.es | www.elcomercio.pe
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