José Gabriel Túpac Amaru, fue cruelmente ejecutado por los españoles el 18
de mayo de 1781. Años después, el amauta José María Arguedas compondría y grabaría este
hermoso relato en su memoria.
José Gabriel Túpac Amaru, es recordado por los
peruanos por haber sido el artífice de la gesta preindependentistas más sobresaliente
dentro de nuestra historiografía peruana, tanto así que hizo temblar los cimientos del virreinato peruano que por aquel
entonces agudizaba la oprimida vida de los nativos con abusivos impuestos,
esclavitud y trabajos forzados.
El caudillo indígena,
quien se autonombró como el último inca con la intención de restaurar la
memoria de sus antepasados, fue
derrotado y capturado por el ejército realista y luego fue cruelmente torturado
y decapitado en la Plaza Mayor del Cusco; pero antes de eso sus enemigos le hicieron
presenciar la ejecución de su familia.
La perversa crueldad y
la insania con el que el heroico cacique fue ajusticiado fue documentado por
los mismos españoles, cuyos pasajes fueron recogidos por diferentes cronistas e
historiadores contemporáneos. José Gabriel Túpac Amaru, fue un hombre muy bien educado para su época y de posición acomodada, aun
así, lo arriesgó todo para gestar una de las rebeliones más importantes de
América, cuyo legado, aún ahora en
nuestro tiempo, es analizado y estudiado por los investigadores y motiva acalorados
debates en las redes sociales entre los hispanistas pro colonialistas y peruanistas e indigenistas.
El amauta y el cacique
Ese infortunio y el
dolor que sufrió el cacique de Pampamarca por atreverse a liberar a su nación del
yugo español, de la tiranía y las injusticias, pasó como un legado de generación
en generación entre los nativos, y ese sentir fue tomado por el amauta José María Arguedas, quien es
considerado también como el precursor del indigenismo en el Perú y una de las
plumas mas prolíficas de nuestra literatura nacional.
El infortunio y el dolor que sufrió Túpac Amaru II, pasó como un legado de generación en generación entre los nativos. |
Arguedas convivió con
los nativos, fue de ese modo que logró
entender la cosmovisión del hombre andino, que luego plasmó en la excelente
narrativa de sus obras.
Dentro de sus escritos
podemos hallar un himno, una canción o, más bien, un lamento indígena evocada
hacia la fallida epopeya de Túpac Amaru II, que no solo fue escrita por él, sino también fue grabada con su voz a
través del cual expresa el sentir y el pensar de generaciones de peruanos que
aman a su nación, aborrecen las injusticias y que guardan en su memoria a sus
héroes.
Este relato, que puedes oír en el siguiente vídeo, fue dedicado
a los indígenas que convivieron con el amauta en sus primeros años, y también a
Túpac Amaru II, uno de los mas grande héroes que ha parido el Perú.
Fuente consultada: www.rpp.pe
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