Este Tumi de incalculable valor, fue hallado 1936 y se le denominó como el “Cuchillo de Íllimo o Tumi de Oro”. Esta pieza, considerada
la más famosa de la orfebrería del antiguo Perú, fue robado en el año 1981. Un
año después solo se recuperó un pedazo.
Aunque existen diversas
variedades de Tumis que se diferencian en formas, estilos, tamaños y los usos
que le dieron las antiguas sociedades precolombinas, son los famosos Tumis hallados en el distrito de Illimo, en el sitio
arqueológico denominado Batán Grande, los que han sido considerados entre los
más hermosos, mejor elaborados y mejor ornamentados; en especial uno de
ellos, considerado de mucho valor, en cuanto a la calidad del trabajo con el
que fue elaborado.
Además, esta
pieza arqueológica es considerada la más famosa de la orfebrería del antiguo
Perú y fue denominado como el "Cuchillo
de Íllimo o Tumi de Oro”. Por cuyo valor histórico, artístico y
arqueológico, se convirtió en un icono, en un símbolo, no solo del distrito en
donde fue hallado, sino también del Perú; es por esa razón que fue representado en una moneda peruana en
el año 2010 como parte de la colección Riquezas y Orgullo del Perú.
El Tumi de oro de Illimo fue representado en una moneda peruana en el año 2010. | Infografía: Diario el Trome |
No solo eso,
este famoso Tumi de Oro también
forma parte del logotipo del Colegio Médico del Perú, porque que los médicos y
cirujanos del antiguo Perú, como los moche, los chimú y los incas, usaban tumis
en sus labores de curación.
Esta famosa
pieza estaba elaborado con láminas de oro repujadas y con incrustaciones de
piedras semipreciosas; su hoja tenía forma semicircular y su empuñadura era una
elaborada representación artística de una deidad, presumiblemente el mítico Naylamp mencionado en las crónicas españolas.
Su hallazgo
ocurrió, lamentablemente, como producto del huaqueo entre diciembre de 1936 y
enero de 1937. Fueron tres tumis que los huaqueros (saqueadores de tumbas)
hallaron en la Huaca La Ventana, en
el sitio arqueológico de Batán Grande, situada en el departamento de
Lambayeque, al norte del Perú.
Una representación del Tumi de Oro en la Plaza de Armas de Íllimo, Lambayeque. | Fuente: Wikipedia |
El
periodista y vicepresidente de la Casa de la Cultura de Íllimo, Juan César Cabreros Becerra, relató al portal
www.laindustriadechiclayo.pe, que “hubo un huaquero que se llamó Hipólito
Granados, que a fines del año 1936 halló más de 20 piezas de oro de mucha
calidad y tuvo el buen tino de comunicarle al gobernador de ese entonces (Juan
Cieza Cabrejos). Y el Gobierno central trajo al arqueólogo Julio C. Tello a
Íllimo y luego, esas piezas fueron llevadas a Lima, entre ellas una de mucho
valor, en cuanto a la calidad del trabajo, que fue el Cuchillo de Íllimo o Tumi
de Oro”, señala.
Tras ser
rescatados por el sabio Julio C. Tello,
estos Tumis permanecieron varios años en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia de Pueblo Libre,
pero en noviembre de 1981, uno de ellos,
el hallado en 1936, fue robado, junto con otras piezas metálicas de mucho
valor.
Sus restos
fraccionados fueron hallados un año después, debido a que los ladrones lo habían triturado y fundido para vender el oro al peso.
Según un
Boletín de Lima, emitido por la Peruvian Scientifc Publications, fue el 27 de noviembre de 1981 cuando se
dio a conocer el robo del Tumi y en abril de 1982 se informó que los autores
del robo fueron empleados del mismo Museo Nacional de Antropología y
Arqueología de Lima, y que estos partieron las piezas para venderlas y que
del Tumi, solo quedaba un pedazo.
Es así como se veía el Tumi de Oro que fue robado. | Fuente: Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. |
La valiosa
pieza robada tenía las siguientes dimensiones: longitud total, 0.435 metros;
longitud de la figura del Dios, 0.290 metros; longitud del cuchillo en forma de
media luna, 0.145; ancho máximo, 0.155 metros. El peso de 1 kilogramo, señala
en una descripción el historiador Luis
E. Valcárcel.
A pesar de
este lamentable hecho, aún quedan dos de
los Tumis hallados en la Huaca La Ventana, uno de oro y el otro de oro y
plata, que se conservan en el Museo Nacional de Arqueología y Antropología de
Pueblo Libre de Lima. Y hay otro hermoso Tumi, muy similar a los hallados en
Illimo, que también pertenece a la Cultura Lambayeque (el cual podemos apreciar
en la siguiente imagen) que conserva el Museo de Oro del Perú y Armas del Mundo,
como parte de la colección privada del Sr
Miguel Mujica Gallo.
Imagen de un Tumi con tres crisocolas de la Cultura Lambayeque, de oro laminado y repujado con figuras antropomorfas y ojos alados. Pieza que conserva el Museo Oro del Perú y Armas del Mundo. (Foto: Rolly Reyna, El Comercio), (Fuente). |
A todo esto
podemos agregar: el robo de un
patrimonio nacional es condenable y vergonzoso desde cualquier punto de vista.
Al parecer quienes cometen estos actos ilícitos aun no toman conciencia del
importante valor cultural e histórico que poseen estas piezas. El patrimonio
nacional nos pertenece a todos los peruanos, y cada uno de nosotros tiene el
deber de cuidar y valorar esos legados. Y, por supuesto, este tipo de actos deben ser ejemplarmente sancionados por las
entidades gubernamentales que corresponden y condenados por toda la ciudadanía.
El saqueo de
tumbas, denominado “huaqueo”, es una
actividad ilegal que le ha causado un grave perjuicio a nuestro patrimonio. Producto de esta actividad muchísimas
piezas de incalculable valor ha ido a parar en manos de inescrupulosos
coleccionistas o han terminado en varios museos en el extranjero, quienes harían
muy bien en devolverlo al Perú, porque es ahí donde pertenecen. Apropiarse de piezas
culturales de otros países u otras culturas al cual no se pertenece, y de manera
ilegal, no solo es vergonzoso, también es repudiable.
Fuentes consultadas: www.laindustriadechiclayo.pe | www.es.wikipedia.org
Foto de portada: Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
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