La estatua que conmemora al español, que en un inicio fue puesto en la Plaza Mayor de Lima, fue retirado de ahí y hoy, en solitario, terminó en el más absoluto ostracismo. ¿Por qué lo retiraron? ¿Realmente se trata de la estatua de Pizarro? Entérate en este artículo.
La estatua de Francisco Pizarro es una de las pocas esculturas en Lima que
conmemoran a un español de la llamada época de la 'conquista’ y que aún
sobrevive a pesar del rechazo de los ciudadanos, políticos, intelectuales y
pensadores peruanistas que se han opuesto a este tipo de conmemoraciones porque,
afirman, representa una ofensa para la
memoria de los peruanos.
En un inicio fue puesto frente a la catedral en la Plaza Mayor de Lima, fue inaugurada el 18 de enero de
1935, como parte de las celebraciones del cuarto centenario de la fundación española de la mencionada ciudad, y las
autoridades de entonces no tuvieron mejor idea que develar la estatua de su
fundador.
La estatua de Pizarro fue develada el 18 de enero de 1935. | Foto: www.limalaunica.pe |
Por aquel entonces el
presidente del Perú era el general Óscar R. Benavides y el alcalde de Lima era Luis Gallo
Porras, quien, en dicha ceremonia no hizo más que alabar a Pizarro,
elevándolo a la figura de héroe y civilizador. En fin, eran otros tiempos y algunos políticos e intelectuales de aquella época creían que Europa era el centro
del todo y vivían de espaldas a la realidad socio-cultural peruana.
Tras esta pomposa
inauguración, la estatua ecuestre de
bronce motivó controversias e intensos debates entre la población, y junto con
políticos e intelectuales presionaron a las autoridades para que retiraran la
efigie por considerarla una ofensa y por tratarse de un "acto arbitrario que no tuvo discusión
pública", según señaló el
crítico cultural Víctor Vich, a la
agencia Efe. Es por esta razón que la dichosa estatua fue traslada, a lo largo
de los años, a tres diferentes ubicaciones, convirtiéndose así en una estatua
errante, hasta que al final fue colocado a un extremo de la ciudad de Lima en
el más completo ostracismo.
Debido a las diversas críticas, la estatua se mantuvo en el atrio de la
Catedral limeña solo hasta julio de 1952, además, un grupo de feligreses y representantes de la Iglesia Católica
veían a la representación de este polémico personaje alejado de los
principios de su fe, según se lee en un artículo publicado por www.rpp.pe, motivo por el cual, el
por entonces alcalde de Lima Luis Dibós,
ordenó reubicarlo al lado del Palacio de Gobierno, en la plazoleta que llevaba su nombre.
La estatua de Pizarro en la Plaza Pizarro.| Foto: www.limalaunica.pe |
Pero su nueva ubicación
también generó muchas críticas, los
periódicos de aquel entonces protestaron debido a que el alcalde Dibós demolió
una de las casonas más antiguas de Lima para hacerle un lugar a la menciona
estatua.
Este primer traslado
tampoco calmó los ánimos de la población indignada y las discusiones que generaba su nueva ubicación continuaron a lo largo de los años.
En 1997, el
arquitecto y por entonces regidor municipal Santiago Agurto Calvo, retomó las iniciativas para retirar de manera definitiva la estatua de
Pizarro de la Plaza de Armas de Lima. En un artículo escrito en 1991 hacía
notar de manera clara su posición. Él
argumentaba que el monumento era lesivo a la peruanidad; que fue creado para la
patria del conquistador, pero que no tenía cabida en la tierra de los
conquistados; que fue motivado por la alienación, egoísmo y plutocratismo de
los gobernantes y por la pasividad, desorientación y acomplejamiento de los
gobernados. (Fuente)
En aquel entonces el
consejo municipal aprobó ese retiro, pero esto no llegó a concretarse porque algunos regidores aún discutían la
posibilidad de colocar en su lugar una figura menos belicosa, una que
represente a Pizarro como ‘fundador’ y no como ‘conquistador’, según señaló
el historiador Sandro Covarrubias, en
declaraciones a la agencia Efe.
Desde aquel entonces
hubo otros intentos para retirar la estatua, se pensó trasladarlo al Palacio de
Gobierno y también al Rímac, pero no pudo concretarse. Tuvieron que transcurrir
algunos años, hasta la primera gestión del alcalde Luis Castañeda Lossio, quien
la madrugada del 28 de abril de 2003, ordenó que la escultura sea retirada de
la plaza Pizarro y trasladada a un deposito del Setame municipal, cerca de
la Plaza de Acho, en el distrito del Rímac.
La madrugada del 28 de abril de 2003, el ex alcalde Luis Castañeda Lossio ordenó retirar la estatua. | Foto: www.limalaunica.pe |
Este retiro se hizo con
la debida autorización del Instituto Nacional de Cultura, según señala
Covarrubias, cosa que fue apoyado por
muchos ciudadanos limeños, causando gran aceptación entre la población, aunque
también había algunos detractores, manifestó el historiador.
Luego de retirar la
polémica estatua, la plazoleta que llevaba su nombre fue remodelada y se le
cambió de nombre a "Plaza
Perú", y en lugar de la mencionada escultura las autoridades
municipales colocaron un asta con la bandera peruana.
Ante este hecho,
protestaron algunos especialistas, y eso motivó que la estatua fuera rescatada
del depósito municipal donde permaneció por 17 meses y trasladada, el 19 de
octubre del 2004, al Parque de la Muralla, a orillas del rio Rímac, que por
aquel entonces recién había sido inaugurado.
El monumento de Pizarro en su última ubicación, el Parque de la Muralla. |
En este lugar, lejos de
la Plaza Mayor de Lima, la estatua
perdió su protagonismo y pasa desapercibido por los transeúntes porque el
parque cuenta con otros atractivos. Y, al parecer, este sería el lugar
definitivo donde estará, a menos que decidan trasladarlo de nuevo.
Es así como terminó su larga cabalgata la estatua ecuestre del llamado
‘conquistador’, en solitario y en el más absoluto ostracismo.
El historiador Sandro Covarrubias señala que luego de
todos estos años después de su retirada de la Plaza Mayor de Lima, nadie se ha preguntado por el destino que
tuvo la estatua de Pizarro, no se ha visto ningún movimiento en favor de que
regrese a la plaza, no ha habido nadie que lo haya defendido, indica.
Para el crítico cultural
Víctor Vich, la polémica se suscitó
porque los periódicos de la época manifestaron dos posturas: una que defendía a Pizarro como el
representante del mestizaje del Perú; y otra que resaltaba que este fundó una
sociedad completamente excluyente, cuyas graves consecuencias aún aquejan a la
sociedad peruana en nuestra actualidad.
Este curioso hecho
simbólico es una clara muestra de que los peruanos ya estamos viviendo otros
tiempos, donde intentamos recuperar viejos valores ancestrales para gestar una
nueva cultura nacional donde se valore por igual lo nativo, lo mestizo y lo
foráneo, y remplazar la vieja sociedad excluyente, racista y discriminadora que
nos dejaron los europeos. Debemos entender que los peruanos tenemos la dicha de haber nacido en un territorio, cuya historia, no inició con la llegada de Francisco Pizarro y sus huestes hace 500 años, sino que es poseedora de 15 mil años de desarrollo cultural y 5 mil años de historia.
Vista del monumento de Pizarro en la antigua Plaza Pizarro de Lima. Imagen tomada en octubre de 1983. | Foto: archivo Datos de Lima |
El dato
Hay una leyenda urbana
que se ha tejido en torno a esta estatua: se
dice que la escultura en realidad no representaría a Francisco Pizarro, sino a Hernán
Cortés. Se agrega, además, que la infortunada efigie fue rechazada por los
mexicanos y fue así como vino a parar a Lima, donde se le habría acogido, pero
como si fuera de Pizarro.
Pero cabe señalar, que esta estatua fue hecha por el escultor
neoyorquino Charles Cary Rumsey, quien realizó estatuas solo de un
‘conquistador’, en este caso, el de Pizarro, cuyas obras los exhibió en varias
versiones a partir de 1910.
Fuentes consultadas: www.rpp.pe | www.elcomercio.pe
| www.limalaunica.pe
Artículos referenciales:
El Monumento a Francisco Pizarro
El monumento móvil del fundador de Lima
Francisco Pizarro cabalga hacia el olvido en Lima
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