El gato andino, también conocido como titi, chinchay u osqo, que vive en Chile, Perú, Bolivia y Argentina, es considerado el felino más amenazado de América y uno de los más desconocidos del mundo. Las culturas precolombinas lo consideraban el espíritu protector de las montañas.
En los andes de
Sudamérica existe un felino del cual muchos investigadores dicen que parece ser
un fantasma. Durante muchos años y por largas temporadas los estudiosos han
emprendido expediciones para poder rastrear a este escurridizo gato andino sorteando los durísimos parajes
en el que habita, donde soplan inclementes vientos y las temperaturas son extremas
en altitudes que alcanzan los 5 mil metros sobre el nivel del mar. A pesar de
todo este esfuerzo, la mayoría de los
investigadores nunca ha tenido la oportunidad de verlo en vivo. Se han
tenido que conformar observando fotografías, vídeos o solo vestigios de esta
especie, como los restos óseos que se conservan en los museos o los antiguos
petroglifos con figuras que representan a este animal y que nos dejaron las
distintas culturas precolombinas que habitaron los andes, para quienes este gato
era el espíritu protector de la montaña.
El gato
andino, al cual los científicos bautizaron como Leopardus jacobita, es un
felino silvestre que habita en los andes suramericanos, entre los países de
Perú, Bolivia, Chile, y en la zona norte de la Patagonia argentina. Debido
a la poca información que se tiene de él es considerado como uno de los felinos
menos conocidos del mundo y el más amenazado de América.
El gato andino durante mucho tiempo ha sido un completo misterio para la ciencia. Así lo dio a conocer en 1996 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), cuando en ese año publicó un plan especial para lograr la conservación de los felinos silvestres de todo el mundo. Para ese entonces la información que se tenía sobre esta especie era casi vacío, ni siquiera se tenían conocimiento donde habitaba. Es por esa razón que un grupo de científicos sudamericanos crearon en el año 1999 la Alianza Gato Andino, organización multinacional e interdisciplinaria que hace poco cumplió 20 años y que en la actualidad lo integran miembros de los cuatro países donde habita este escurridizo felino.
Leopardus Jocovita, el gato andino. | Foto: Antonio Nuñez Lemos |
La investigadora boliviana Lilian Villalba, quien es una de las fundadoras de esta organización junto a Agustín Iriarte de Chile y Mauro Lucherini de Argentina, afirma que no sabían casi nada sobre el gato andino. Los pocos registros que existía hasta ese entonces les brindaban escasos detalles de su presencia en los andes. Así que se propusieron investigar donde vivía el gato andino para conocer mejor las características de su habitad.
El trabajo
de estos investigadores no ha sido fácil debido a la naturaleza escurridiza de
este animal. El gato andino no supera los seis kilos de peso y posee un pelaje
de color gris cenizo con manchas de color café rojizas y amarillentas. Esto le
permite camuflarse a la perfección en las zonas rocosas y confundirse en el
paisaje y en los ambientes áridos de poca vegetación.
Los científicos
lograron rastrearlo a través de sus heces los cuales debían ser sometidos a un análisis
para no ser confundidos con la de otros felinos. La otra manera de rastrearlos
ha sido hallando los sitios que son frecuentados por las vizcachas, su
principal presa, un roedor andino que se asemeja a un conejo.
Este gato se camufla a la perfección con el ambiente árido y de escasa vegetación. |
Además, los
investigadores se valieron de la ayuda tecnológica. Los radiocollares, las
cámaras trampa y los estudios genéticos les han permitido recopilar datos y
hacer estimaciones de su población. Han calculado que podrían existir alrededor
de 1.378 individuos dentro de todo el área en que se distribuye su habitad en
los andes de los cuatro países.
La principal
amenaza de estos felinos andinos es la degradación y la perdida de su hábitat como
consecuencia de las actividades mineras en las regiones andinas, pero también la
caza o la tenencia como mascota. Por esa razón en Argentina se le ha declarado
como “vulnerable”, y en Perú y Chile
son considerados “en peligro de extinción”,
mientras que en Bolivia son considerados en “peligro crítico”.
En la
actualidad ya se cuenta también con un mapa de los lugares de su habitad, aun
así en ocasiones los investigadores confirman su presencia en lugares donde
solo se tenían sospechas.
Tras 12 años
de haberse mantenido oculto al no haber sido avistada por los investigadores, recientemente, a principios del 2020, reapareció en la Reserva Natural Villavicencio en Mendoza, Argentina, donde se obtuvo una imagen gracias a una cámara trampa.
Primera foto de un gato andino con cámara trampa tomada en Bolivia en 2001. | Foto: L. Villalba, E. Delgado y JC. Esquivel. |
La bióloga argentina
Cintia Tellaeche, miembro de la Alianza Gato Andino, aseguró que esta
imagen es de mucha importancia para las investigaciones, porque con ella no
solo se confirma su presencia dentro del área protegida, sino también que se
encuentra en una zona donde se conectan las poblaciones de gatos andinos del norte
del país con las del sur, los cuales fueron identificadas mediante un análisis
genético como evolutivamente diferentes.
Estos 20
años de estudios han sido significativos para los investigadores, pero a pesar
de eso, aún se desconoce información básica de este felino. Los científicos aún
no han logrado determinar por ejemplo, cuantos años vive, cuántas crías logra
tener y cuál es su período de gestación.
Foto: Alianza Gato Andino |
La organización
está trabajando junto al sector público y privado, y de las comunidades
locales, implementando estrategias para lograr disminuir el impacto de las
amenazas. Han desarrollado actividades educativas en colegios y están trabajando
con los pequeños ganaderos de las regiones andinas y promueven la creación de artesanías
inspiradas en el gato sagrado de los andes.
Todo esto para que los habitantes tomen conciencia y valoren al Leopardus jacobita y participen en
forma directa o indirecta de su conservación.
Con estas
actividades la organización ya ha
logrado que este felino sea reconocido y valorado por las comunidades y los
gobiernos. Los científicos tienen planeado ampliar sus programas y
continuar con sus investigaciones con la finalidad de minimizar las amenazas al
gato andino y mejorar su situación.
La bióloga
argentina Cintia Tellaeche, reveló todo
esto en una entrevista al portal www.es.mongabay.com, y recalcó que se
puede decir que se encuentra en peligro, pero no se sabe con certeza si esa fue
siempre su situación o ha cambiado con el tiempo.
Los
investigadores consideran que es necesario
una transformación profunda, tanto en la ciudadanía como en la política y
economía en los países donde este gato habita. Son conscientes de la grave
crisis ambiental que está afectando los ecosistemas donde este felino habita. Argumentan
que es necesario cambiar nuestra manera de pensar y entender que la naturaleza no solo es prioritaria para
la vida humana, sino también para muchas especies.
Una moneda alusiva al gato andino
En julio del
año 2019 el Banco Central de Reserva del
Perú lanzó una moneda como parte de la Serie Numismática denominada “Fauna Silvestre Amenazada del Perú”, con
la imagen representativa del Gato Andino.
En el Perú, este es el felino más amenazado y con peligro de extinguirse. Se encuentra principalmente en zonas rocosas y con escasa vegetación de las regiones andinas, desde Áncash hasta Tacna.
El gato de la abundancia
Para las
comunidades originarias de los andes de Suramérica este fue desde tiempos ancestrales un gato sagrado y se le relacionaba con la
abundancia, fertilidad del ganado lanar andino y producción agrícola de la
tierra.
Antiguamente
se mataba a este gato como parte de un ritual y se le colgaba en el techo. Su
piel era adornada con maíz, lanas de diferentes colores y hojas de coca, como
un tótem para atraer la abundancia. Aunque los ejemplares cazados para este propósito
eran muy pocos, y cada casa solía tener solo uno y por muchísimos años.
Ya desde hace tiempo esta práctica se ha
dejado atrás, pero no falta ver que algunas casas por las zonas donde habita el
gato andino aun poseen pieles colgados en el techo que pertenecieron a los
abuelos.
Datos
-Leopardus jacobitus, el gato andino, también
es conocido como titi, chinchay, gato lince u osqo, es una especie de mamífero
carnívoro de la familia Felidae.
-Podemos ver su figura en
muchas representaciones pictóricas de las antiguas
culturas andinas, como en tejidos, vasijas o petroglifos. También como
parte ornamental de los muros inca y preinca, lo cual indica su sacralidad y su
enorme importancia dentro de la cosmovisión
del mundo andino.
El el siguiente vídeo podemos apreciar al gato andino que fue registrado en el 2016 en la provincia de Jujuy, Argentina, por un grupo de mastozoólogos que estudian a esta especie.
Fuentes consultadas: www.elpais.com | www.diariocorreo.pe | www.es.mongabay.com
Foto de portada: Cristian Sepúlveda
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