Esta divinidad representa a la Tierra, pero no solo a la tierra geológica,
tampoco solo a la naturaleza; es todo eso en su conjunto. Es considerada la
madre que protege, que nutre y sustenta a todos los seres que moran en ella. En el mundo andino esta
divinidad representa la totalidad de la existencia de la vida.
La Pachamama, Patsamama (en quechua) o Madre
Tierra (en español), es una divinidad
femenina que representa a la tierra y la fertilidad en el mundo andino; es
una divinidad agrícola benigna concebida como la madre que protege, que nutre y
sustenta a todos los seres que moran sobre ella.
En la época del Tawantinsuyu era considerada como la deidad de la
agricultura comunal, en la cual se fundamentaba su civilización y el estado de
esta antigua nación. Estas creencias que
antiguamente formaban parte de las mitologías andinas, en nuestros días aun
sobrevive en las distintas comunidades andinas a lo largo de Sudamérica.
A la divinidad telúrica Pachamama no se le puede localizar en
un determinado lugar en específico, pero se concentra en ciertas zonas como
vertientes, manantiales, piedras sagradas o apachetas. Aun así, la divinidad Pachamama es una deidad
cotidiana e inmediata, que actúa de manera directa, es omnipresente, con la
cual se puede dialogar de manera permanente, ya sea solicitándole disculpas
por alguna falta cometida en su contra o pidiéndole sustento.
La divinidad Pachamama es una deidad omnipresente, con la cual se puede dialogar de manera permanente. |
No es considerada como una divinidad creadora, sino proveedora y protectora; cobija a los hombres, posibilita la vida y favorece la fertilidad y la fecundidad. A cambio de esa protección y ayuda, el hombre andino tiene la obligación a hacerle ofrendas a la Pachamama como un agradecimiento de lo que recibe. Estos rituales se realizan en momentos y en sitios determinados, particularmente en acontecimientos culturales importantes, configurándose de ese modo en una suerte de reciprocidad, tan presente en la milenaria cultura andina. Sin embargo, esta divinidad posee su lado negativo, porque tiene hambre con frecuencia y si no se le nutre a través de las ofrendas o se le ofende, ella provocará enfermedades.
Esta divinidad está siempre
presente en casi todas las actividades sagradas del hombre andino; por ejemplo:
en el nacimiento de un niño, en el entierro de un difunto o en las faenas
agrícolas.
La Pacha es considera la
madre, todo lo que de ella emana es vida, y todo lo que a ella retorna recibe
nuevamente vida.
Las personas, los animales y las plantas estamos conectados a la tierra que
nos protege y nos sostiene, es ella quien mantiene el equilibrio de la vida.
El vocablo quechua y
aimara Pacha está compuesto de Pa-cha (espacio, tiempo, universo,
mundo, época); expresa la totalidad del tiempo y el espacio universal y
significa la totalidad de la existencia de la vida. Y el vocablo Mama expresa el sentido de ser madre.
Debemos entender a la
expresión Pachamama como la
denominación de toda la existencia vital y universal, que se expresa por medio
de la Tierra. De este modo, la tierra se configura como el lugar por excelencia
del ser-estar y de su acto de dar vida a la Pachamama.
Representación precolombina de la Pachamama. |
Algunos cronistas de la época
colonial escribieron lo siguiente:
“Despves del Viracocha (a quien tenian por señor supremo de todo y adorauan
con summa honra) adorauan tambien al sol, y a las estrellas, y al trueno, y a
la tierra que llamauan Pachamama, y otras cosas diferentes”. Juan Polo de Ondegardo: “Los errores y supersticiones de los indios” (1571).
“Después de Tipsi Viracocha, a quien tenían por señor supremo de todo el
Reino, también adoraban al sol y a las estrellas y al trueno y a la tierra, que
llaman pachamama, y a otras cosas diferentes [...]”. Martín de Murúa, “Historia del origen y genealogía real de los reyes Incas
del Perú” (1590).
Desde esa visión, el
hombre andino desde hace milenios ofrendó a la Pachamama con coca, con alimentos, con dulces, para la buena cosecha,
por un buen tiempo o época, o para una buena travesía a través de las montañas.
Esta divinidad era entendida como la
Madre de los Cerros, como una misteriosa fuerza creadora que animaba toda la
vida en el mundo andino. Era la divinidad que auspiciaba el viaje, que
ayudaba a amar, a olvidar, a vivir y a morir.
El hombre andino desde hace milenios ofrendó a la Pachamama. | Foto: Ricardo Guevara |
La Pachamama según la mitología andina
Según narra el mito andino, Pachamama y su esposo el Dios Pachacamac, engendraron dos hijos gemelos; varón y mujer, a quienes los llamaron Willkas. Pero el Dios Pachacamac murió ahogado en las profundidades del mar frente al hoy distrito de Lurín y se convirtió en una enorme isla, que aún se puede ver frente al templo de Pachacamac en la mencionada localidad. Tras este hecho, Pachamama desconsolada sufrió mucho y pasó muchas penurias al lado de sus hijos. La noche era interminable, solo el fuego los guiaba en la oscuridad. Pachamama y sus hijos subieron hacia las altas cumbres de los andes donde sanguinarios monstruos con apariencia humana los acechaban.
Hasta ese entonces los Willkas aún no sabían lo ocurrido con
su padre. En medio de aquella penumbra divisaron una pequeña luz al interior de
una cueva al cual se acercaron suponiendo que ahí hallarían a su padre. Este
era la cueva de Wakón, quien los
hizo pasar a su morada mientras cocinaba papas en una rustica olla de piedra.
Este ser, con engaños envió a los gemelos a traer agua de un puquio (manantial)
con la intención de seducir a la desconsolada viuda, y al no lograr su objetivo
devoró a Pachamama. Al regresar, los
Willkas ya no encontraron a su madre
y quedaron en poder de Wakón.
Y al ver esto, varios animales andinos los ayudaron a huir,
entre ellos el Waychaw, una pequeña ave quien les contó lo que le había ocurrido a su madre; luego la madre de unos zorrillos, la anciana Añas, quien
adoptó a los gemelos como si fueran nietos suyos.
Wakón, al darse cuenta que los Willkas habían huido, fue tras ellos,
en el camino le preguntó al cóndor, al puma y a la serpiente si habían visto
pasar a los niños, pero los astutos animales le enviaron por el desvío. Mientras
tanto, la anciana Añas preparó una
trampa en la cima de una montaña elevada y le dijo a Wakón que ahí hallaría a
los Willkas, y este al llegar al sitio tropezó en la trampa y murió despeñado,
cuya muerte provocó un espantoso terremoto.
Un día, tiempo después de
estos sucesos, una misteriosa soga cayó
desde el cielo y la anciana Añas les dijo a los niños que treparan por esa soga
hasta el cielo donde los esperaba su padre Pachacamac. Al llegar a lo más
alto, el Dios transformó al Wiilka varón
en el Sol y a la Willka hembra en la luna. Luego, por su fidelidad, transformó a Pachamama en una hermosa montaña
con nieves perpetuas y con don de la fecundidad generadora a la que los hombres
andinos hasta ahora denominan “la Viuda”.
Desde aquel entonces esa
montaña fecunda los campos, el Dios envía las lluvias a través de ella y los
riega con sus aguas para fertilizar la tierra y broten las plantas; de ese modo
todos los seres vivos hallan sustento.
Estas divinidades
andinas premiaron a los animales que ayudaron a sus hijos: al puma le otorgaron
el título del “señor de las quebradas”;
al cóndor lo nombraron dueño de los aires y a la serpiente le dieron su ponzoña
para poder defenderse de sus enemigos.
Fue así como los Willkas, trasformados en el sol y la
luna, vencieron para siempre a la noche eterna, al temible Wakón, el señor de la oscuridad.
Representación de la Pachamama del canal Historia. |
¿Por qué celebramos el día de la Pachamama el 1º de agosto?
Se celebra el Día de la Pachamama en esta fecha porque
ese día corresponde al Año Nuevo Lunar
Cósmico Inca. Es cuando se da inicio a la estación agrícola donde los
hombres andinos se dedican a la siembra. En
esta fecha se hacen preparativos, se canta y se busca los beneficios de la luna
al iniciar la siembra. La celebración de esta festividad estaba a cargo de
las sacerdotisas andinas, las mamakuna (las madres) y las akllakuna (mujeres escogidas),
esto divido a que en el mundo andino las
damas eran asociadas naturalmente con lo femenino: con la fertilidad, con los
ciclos lunares y la misma luna en sí.
Bibliografía:
-Daniela di Salvia (2013). "La Pachamama en la
época incaica y post-incaica: una visión andina a partir de las crónicas
peruanas coloniales (siglos XVI y XVII)". Universidad de Salamanca
-Rodolfo Merlino y Mario Rabey (1992). “Resistencia
y hegemonía: Cultos locales y religión centralizada en los Andes del Sur”.
-Ana María Mariscotti de Görlitz (1978).
Pachamama santa tierra: contribución al estudio de la religión autóctona en los
Andes centro-meridionales. Berlin: Gebr. Mann Verlag.
-José María Arguedas, “Dioses y Hombres de
Huarochirí”
-Inca Garcilaso de Vega (1976 [1609]). “Comentarios
reales de los incas”
Algunos datos
adicionales fueron tomados de: www.antropologiaperuana.blogspot.com
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