About Me

Conoce datos sorprendentes de Caral, la civilización, cuyo hallazgo, sepultó teorías eurocentristas [FOTOS]

Con el hallazgo de la antigua civilización Caral, tuvo que reescribirse nuestra historia, se sepultó para siempre el eurocentrismo y tuvo que corregirse las teorías de respetados y reconocidos arqueólogos, como la Teoría Inmigracionista de Max Uhle, o la Teoría Autoctonista de Julio C. Tello.

Los restos arqueológicos de Caral ya eran conocidos en 1905 por los investigadores, para 1937 el sitio ya fue bastante estudiado, pero se recaía en la datación tardía, o quizás, era una absoluta locura para los investigadores de la época afirmar que este sitio arqueológico era muchísimo más antiguo que todas las culturas andinas que se conocían hasta ese entonces, probablemente esa fue la razón para que muchos estudiosos abandonaran sus investigaciones y eligieran conservar su reputación. 

Pero en el año 1994 apareció la arqueóloga Ruth Shady decidida a develar los secretos de esta antigua civilización que hasta entonces permanecía en la penumbra de los tiempos y la historia, para tal efecto, reunió todas las investigaciones hechas hasta ese momento y en coordinación con el Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe realizaron 42 estudios de radio carbono en Estados Unidos los cuales determinaron su antigüedad sorprendente. Todos estos datos fueron presentados por la mencionada arqueóloga en 1997 en un libro titulado “La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú”. En este texto la estudiosa sustentó de manera abierta la antigüedad precerámica de Caral, y esta afirmación se fue consolidando irrefutablemente en los siguientes años, gracias a las intensas excavaciones que se realizaron en el sitio.  

La arqueóloga Ruth Shady fue quién develó los secretos de esta antigua civilización. 

Este sorprendente hallazgo reveló que nuestros libros de historia estaban mal escritos, durante varios siglos intentaron convencernos de que las civilizaciones que florecieron en el continente americano eran casi recientes y que sus habitantes cruzaron el estrecho de Bering hace no mucho. Luego, en 1919, el antropólogo Julio César Tello descubrió la Cultura Chavín y le concedió el título de la “cultura matriz del Perú antiguo”, una civilización que existió desde el 1200 a. C. hasta el 400 a. C.

Hasta ese entonces no teníamos ni la menor idea de que hace 5.000 años los antiguos caralinos, o como se llamaran a sí mismos, se habían asentado en la zona costera del actual Perú ocupando los valles de varios ríos que recorren esa región. Esta civilización criaba perros; antiguamente se nos decía también que en América los perros eran desconocidos, pero ahora sabemos que no era así, las culturas precolombinas criaron varios tipos de perros, y muy finos, algunos incluso carecían de pelos para evitar las pulgas.  

Los antiguos caralinos sabían escribir, pero no con punzones, ni con grafías y tinta, como se hace en el mundo occidental, sino con nudos; el quipu más antiguo de este continente fue hallado en Caral, cuyo artefacto llegó hasta la época de los incas y los estudiosos lo consideran como un complejo método de escritura y almacenamiento de datos. Esta antigua sociedad no poseía caballos, pero a falta de caballos estaban las llamas y con ellas recorrían a lo largo y ancho del actual territorio del Perú y un poquito más allá, hicieron caminos para poder comerciar con todos los que encontraban, tanto así que la ciudad sagrada de Caral era el centro del intercambio comercial y cultural de su tiempo.

El quipu más antiguo del continente americano fue hallado en Caral.
| Ilustración: Zona Arqueológica Caral

Recién 1.500 años después aparecieron los olmecas en Mesoamérica, y los mayas mucho después. Todos estos sorprendentes datos sepultaron para siempre las teorías incorrectas que habían propuesto respetados arqueólogos e investigadores, se corrigió la teoría autoctonista del reconocido Julio C Tello, descubridor de la cultura Chavín, quien sostenía que la mencionada cultura era la cuna de las civilizaciones andinas, o la teoría inmigracionista del arqueólogo alemán Max Uhle, quien consideraba, quizás solo para contradecir a Tello,  que las culturas Mochicas y Nazca, y con ellas la alta cultura peruana antigua eran productos de un difusionismo proveniente de Centroamérica, concretamente de la cultura Maya, o la teoría aloctonista del antropólogo peruano Federico Kauffmann Doig, que consistía en una explicación alternativa a la teoría oficial sobre el origen de la cultura andina que se manejaba hasta entonces. Según Kauffmann Doig, los orígenes de la alta cultura del antiguo Perú se localizaban más allá de sus fronteras. Específicamente, señalaba la ciudad ecuatoriana costera de Valdivia como el centro originario. En este sentido, la teoría aloctonista contrastaba con la autoctonista.

Así pues; tras el descubrimiento de la antigua civilización Caral tuvo que reescribirse nuestros libros de historia, se sepultó para siempre el eurocentrismo y la teoría Inmigracionista de Max Uhle.

Esto nos evidencia que no debemos bajar la guardia. Los arqueólogos e historiadores son muy respetables, pero a veces se dejan guiar por sus prejuicios o la arrogancia. Debemos tener presente siempre que nadie es dueño de la verdad absoluta. Los investigadores en el Perú han venido haciendo un trabajo formidable en estas últimas décadas, cuyos descubrimientos nos han iluminado más el panorama sobre la historia de nuestros antepasados, pero tampoco están libres de recaer en el error de siempre: el de andar buscando el sitio donde se sacrificaba a la gente para calmar la ira de un Dios de tal o cual nombre que no quería hacer llover o que hacia llover en demasía, como si el sacrificio o las ofrendas humanas a ciertas divinidades ancestrales eran practicas exclusivas solo de las antiguas culturas americanas, como si en Europa la cosa fue mucho mejor o distinta: no olvidemos lo sanguinarios que eran los romanos, y en el medio evo a la gente la empalaban viva o la quemaban en la hoguera para demostrar que ellos eran los únicos dueños de la verdad por el designio de Dios. Aquí no era la demasiada lluvia, o la sequía, que incitaba matar al prójimo o al inocente, sino era la herejía. Prácticas que debemos condenar, es cierto, pero no guiándonos por nuestros prejuicios o nuestro desconocimiento, porque como suelen decir los abuelos y con mucha razón: “en todas partes se cuecen habas”.

Caral, una civilización sin ejército y sin violencia

Esta antigua civilización ¡no tenía ejércitos! Los investigadores hasta ahora no han hallado restos de armas, ni muros defensivos o alguna evidencia de guerra en los asentamientos que en la antigüedad conformaron esta cultura. Los antiguos caralinos eran como los costarricenses de nuestro tiempo. Claro, alguno podría argumentar que eso es porque ya pasaron cinco mil años y ya no queda nada de las armas; pero, sin embargo, se han hallado un conjunto de instrumentos musicales.

En Caral se han hallado un conjunto de instrumentos musicales.
| Ilustración: Zona Arqueológica Caral

Y otra cosa sorprendente es que a los caralinos también se les ocurrió construir pirámides, y eso mucho antes que a los egipcios. Los investigadores ya han develado en total 32 edificaciones piramidales y puede que haya más. Para erigir estos edificios emplearon mucho adobe y piedras talladas, técnicas que con el pasar de los siglos y milenios los pueblos andinos fueron mejorando, hasta que miles de años más tarde sirvió para erigir Machu Picchu.

Las edificaciones piramidales más antiguas del mundo están en Caral.
| Foto: Zona Arqueológica Caral 

Además, inventaron la arquitectura antisísmica usando la famosa técnica de las shicras, que consistían en bolsas hechas de fibras vegetales en las cuales llenaban bloques de piedra, con estos rellenaban la base de las plataformas de sus templos para lograr estabilidad de las edificaciones. 

 Los caralinos inventaron la arquitectura antisísmica usando la técnica de las shicras.
| Ilustración: Zona Arqueológica Caral

Lo que se sabe hasta ahora de Caral

Esta antiquísima civilización sudamericana se asentó en el Área Norcentral del actual Perú (En un espacio geográfico que comprende a una extensión de 400 por 300 Km aproximadamente, entre los ríos Santa y Chillón, el callejón de Huaylas, Conchucos, la puna de Junín y las cuencas de los ríos Marañon y Huallaga; incluye las regiones de costa, sierra y selva andina. Los caralinos hicieron un manejo transversal del territorio y sus recursos), su capital se hallaba en el valle de Supe, en Barranca, región Lima, en Perú, es considerada la primera civilización de América porque no hay otra, al menos no se han hallado evidencias hasta ahora, en los andes o en América que ostente la misma antigüedad o anterior a ella; aunque indicios de una incipiente civilización primigenia que data de hace 15.000 años se ha hallado en Perú. Caral podría ser el resultado del primer desarrollo civilizatorio que alcanzaron los andinos que se asentaron en el actual Perú. Su datación solo es comparada al de los focos civilizatorios más antiguos del Viejo Mundo: cuando los egipcios estaban construyendo sus pirámides en el valle de Giza, o cuando los sumerios ya edificaban sus ciudades, o cuando los mercados en la India estaban en pleno apogeo, en esos tiempos, entre los 3.000 y 2.500 a. C., los caralinos ya estaban edificando o remodelando sus edificios piramidales, y de cuando en cuando, en sus famosas plazas circulares, se congregaban sus habitantes para realizar rituales religiosos o eventos sociales.

A diferencia de las civilizaciones primigenias contemporáneas a Caral que intercambiaron sus conocimientos, como Egipto, sumeria, India y China, este se desarrolló en completo aislamiento y ajeno al desarrollo cultural de Asia, Mesopotamia y Europa.

Caral y su sorprendente economía y comercio

Los antiguos caralinos desarrollaron una economía complementaria, pesquero-agraria, que se articuló por el comercio, esto sustentó al sistema social y promovió la especialización laboral de sus habitantes, la acumulación de riqueza, el desarrollo y la interacción interregional. Caral estaba interconectada gracias al intercambio comercial y cultural con las regiones bajo su influencia.

La civilización Caral estaba interconectada gracias al intercambio
comercial y cultural con las regiones bajo su influencia.
| Ilustración: Zona Arqueológica Caral

Los caralinos intercambiaban anchovetas secas y mariscos (como choros y machas) por productos agrícolas, industriales o alimenticios, como algodón, frijol, zapallo, mate, achira, camote, etc., de ese modo crearon una cadena de comercio a larga distancia por vías terrestres, marítimas y fluviales, logrando extenderse a otras regiones de los andes y la amazonia que enriqueció a las poblaciones costeñas.

Los habitantes de esta antigua civilización residían en asentamientos nucleados que poseían diversas extensiones y complejidades, los mismos estaban distribuidos por secciones en los valles; en cada uno de estos asentamientos edificaron estructuras arquitectónicas, públicas y residenciales. Algunos de estos asentamientos poseen edificaciones impresionantes y monumentales, como la llamada “zona capital de Caral”, que agrupó a ocho centros poblados, entre las que se encuentra la ciudad más compleja y más extensa de la época, que fue cuidadosamente planificada y que posee edificaciones piramidales, varios conjuntos residenciales y grandes plazas.

Áspero, que se halla situado en el litoral, muy cerca a la desembocadura del rio Supe, era la ciudad que se hallaba más estrechamente relacionada con la zona capital de Caral. Según los hallazgos arqueológicos que se han hecho en el sitio, este era la ciudad pesquera de Caral. Es aquí donde los arqueólogos hallaron los restos de una mujer de hace 4.500 años, a la cual denominaron "La dama de los cuatro tupus", que posiblemente haya pertenecido a la elite local. Otros sitios arqueológicos que se encuentran en el valle de Supe y que en la antigüedad formaron parte del núcleo de la civilización Caral son: Lurihuasi, Miraya, Allpacoto, Chupacigarro, entre otros.

Los tejidos de Caral y el cultivo de algodón

La textilería alcanzó gran importancia en esta civilización, así lo evidencian los hallazgos de una gran cantidad de semillas y motas de algodón que poseían diversas tonalidades naturales: marrón, pardo, beige y crema. Este producto era empleado en el tejido de vestidos, los cuales eran piezas sencillas que no poseían decoración alguna. También elaboraban sogas, bolsas, cordeles, calzado, redes de pescar, etc. Junto a la fibra de algodón emplearon el de otros vegetales, como cabuya, totora, junco, etc.

En los asentamientos de la civilización Caral se han hallado una gran cantidad
de semillas y motas de algodón de diversas tonalidades naturales.
| Ilustración: Zona Arqueológica Caral

Los antiguos astrónomos de Caral

Los investigadores han hallado evidencias de que los caralinos tenían conocimientos de astronomía, y esto era empleado en la elaboración de su calendario relacionado con sus festividades religiosas y otras actividades de suma importancia. Estos conocimientos los emplearon también en la orientación de sus edificaciones. Además, se han hallado líneas y geoglifos en las planicies del desierto costero, junto a piedras talladas dispersas; del mismo modo, se ha descubierto un recinto subterráneo que estaba techado, que al parecer habría sido un observatorio. También se ha hallado un monolito o huanca en una plaza pública que habría sido un instrumento de observación astronómica.

Los caralinos empleaban la astronomía en la orientación de sus edificaciones.
| Ilustración: Zona Arqueológica Caral

Los caralinos conocían la física

El hallazgo de fogones en los asentamientos de Caral, confirmaron que los habitantes de esta antigua civilización conocían y dominaban el “efecto Venturi” hace 5.000 años, mucho antes que los europeos, donde recién en 1797, el italiano Giovanni Venturi, teorizó sobre este efecto que permite mantener el fuego vivo en recintos cerrados, entre otras cosas.

Los habitantes de la civilización Caral conocían y dominaban el “efecto Venturi”
hace 5.000 años. | Ilustración: Zona Arqueológica Caral

La medicina en Caral

El conocimiento de las propiedades medicinales de las plantas está evidenciado en las culturas del antiguo Perú, muchos de estos son aun conocidos y empleados en nuestra actualidad. En la antigua Ciudad Sagrada de Caral y en otros centros urbanos de esta civilización, muchas de estas plantas fueron enterradas en contextos funerarios, según indica una reciente publicación de su portal web. Los investigadores han hallado en doce asentamientos de esta civilización evidencias del empleo de diversos conocimientos medicinales, como el uso recurrente del sauce, que fueron dejados en varios contextos funerarios y en hoyos en paquetes doblados. Los actuales habitantes de aquella región lo usan para atenuar el dolor de cabeza. Hay que recordar que el principio activo de la Aspirina es el ácido acetilsalicílico, que se extrae del sauce, según señala el libro Los Valores de la Civilización Caral: Reflexiones para el Buen Vivir (edición 2019).

Los investigadores han identificado varias plantas, entre ellas: Cola de Caballo, que es un diurético, Malva, que es un laxante, diurético y sudorífico, Artemisa, que es antirreumático, Achira, que sirve para tratar las quemaduras y como analgésico local, la hierba de la Golondrina, que es usada para tratar las enfermedades del riñón, la Ancojacha, cuya infusión sirve para lavar las heridas, la Pega Pega, o Pegajosa, que es un purgante. Además, se ha identificado el uso del Pacae y la Guayaba por poseer propiedades curativas. No es de extrañarse, debido a que en el mundo andino el uso de ciertas plantas que poseen propiedades medicinales es anterior a Caral.

Los habitantes de la antigua civilización Caral  empleaban diversas plantas con propiedades medicinales para el tratamiento de sus dolencias.
| Ilustración: Zona Arqueológica Caral

La experimentación genética en Caral 

Los investigadores han hallado evidencias de que la sociedad Caral realizaba experimentos genéticos, mediante el cual produjeron plantaciones con frutos de mayor tamaño, mejor calidad y más resistente a las plagas. Empleando este proceso obtuvieron una mayor producción de alimentos para el intercambio comercial con los habitantes del litoral o de otras regiones del actual Perú. 

Aun no se ha podido hallar su cementerio

En más de dos décadas de investigaciones, los arqueólogos aún no han podido hallar el cementerio de esta civilización, por tal motivo están empleando tecnología de punta para dar con su necrópolis. Además, los estudiosos se proponen hallar los lugares domésticos de sus antiguos habitantes. A pesar de los muchos hallazgos que se han hecho en los asentamientos de esta civilización precerámica, aún no se ha podido determinar sus costumbres funerarias, los investigadores han empleado la geolocalización para revisar los alrededores del sitio llamado Ciudad Sagrada de Caral, pero aún no han obtenido resultados favorables.

Etimología

La expresión Caral, es la denominación de un centro poblado que se halla cercano al sitio arqueológico, aparece mencionado en los antiguos documentos de los procesos de extirpación de idolatrías del siglo XVII en Cajatambo. Es muy posible que Caral sea un nombre en quechua. Sobre su significado todavía no hay consenso, aunque algunos lingüistas han propuesto que significa "fibra" o "junco". O en todo caso habría sido una voz protoquechua.

Este es pues, la antigua civilización Caral, que ha aparecido en nuestro tiempo, con carbono 14 y todas las pruebas que quieras, para demostrarnos que las ancestrales culturas que se asentaron y florecieron en la parte sur de América, no tenían ni una pisca de salvajes o brutos, como muchas veces se les ha etiquetado con el afán de menospreciarlos, guiándose en la mayoría de los casos por los prejuicios o el desconocimiento más que por el rigor histórico y científico.

Caral podría ser el resultado del primer desarrollo civilizatorio que
alcanzaron los andinos que se asentaron en el actual Perú.
| Ilustración: Zona Arqueológica Caral

El dato

-En junio del 2009 Caral fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta distinción lo obtuvo gracias a su antigüedad y a su complejidad arquitectónica.

-La investigación arqueológica y su conservación está a cargo del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, ahora Zona Arqueológica Caral (ZAC), dirigida por la arqueóloga Ruth Shady Solís.

Fuentes consultadas: www.arqueologiamericana.blogspot.pe | www.historiaperuana.pe | es.wikipedia.org | www.rpp.pe | Agencia Andina | www.lifeder.com | www.gob.pe

Ilustraciones: Zona Arqueológica Caral


¡ATENCIÓN! Todos los derechos reservados. Nuestros artículos están protegidos por www.copyscape.com. Está prohibida su copia y uso en otros medios sin la debida autorización del autor. Si este artículo te ha resultado interesante y deseas compartirlo, puedes hacerlo desde la propia página mediante las opciones para compartir.[Infórmate más]

 PUEDES LEER TAMBIÉN: 

Publicar un comentario

2 Comentarios

Jacob Aguinda W ha dicho que…
Muy interesante, es verdad que la historia de América, tiene un enfoque eurocentrista, colonialista
Eduardo ha dicho que…
Muy buena información. Debería de difundirse más ampliamente, especialmente en el sistema educativo de todos los niveles.