Llegó al Perú para trabajar como profesora, pero conoció las misteriosas
líneas y geoglifos de Nasca y terminó convirtiéndose en su guardiana. Reiche
vio que los gigantes trazados se encontraban desprotegidos y decidió
"salvarlas". Se fue a vivir muy cerca de ellas, en pleno desierto,
para poder dedicarse día y noche a estudiarlas y a protegerlas.
María Reiche, llegó muy joven al Perú para cumplir
labores como profesora de matemáticas, pero en los años cuarenta ve por
casualidad a las ahora famosas Líneas de Nasca que se hallan a mitad de un desierto en Perú y, motivada por su
curiosidad, la alemana comenzó a
investigar y descubrió que en esa época existían aún muchas incógnitas alrededor
de los cientos de geoglifos trazados por antiguas civilizaciones hace miles de
años, además, constató que las figuras gigantes estaban desprotegidas y
decidió "salvarlas", motivo
por el cual se fue a vivir muy cerca de ellas, en pleno desierto, para poder
dedicarse día y noche a estudiarlas y a protegerlas.
La incomprensión de la clase política de entonces, quienes gobernaban de espaldas a nuestras culturas ancestrales y veían a Europa como el centro del todo, hizo que los vestigios como las Líneas de Nasca, huellas de nuestro milenario pasado, sean algo poco valorados y protegidos, incluso una gran parte de ella fue destruida porque las autoridades decidieron hacer una autopista en medio de las pampas de Nasca por encima de los geoglifos.
Una gran parte de las Líneas de Nasca fue destruida porque las autoridades decidieron hacer una autopista por encima de ellas. | Foto: Senda Utópica |
Aún ahora Las Líneas de Nasca requieren ser protegidas. Peor aún, en aquella época, los políticos y la sociedad, no comprendían porqué una mujer extranjera vivía sola en el desierto y se interesaba por descubrir y por proteger antiguos vestigios de los antepasados de un país ajeno al suyo.
Antes de interesarse por
Las Líneas de Nasca, María Reiche trabajó durante muchos
años como profesora y traductora, hasta que en el año 1941 conoció al profesor estadounidense Paul Kosok, quien se
dedicaba a estudiar los enigmáticos geoglifos haciendo sobrevuelos sobre las
pampas de Nasca. Es así como Reiche llega a conocer y a interesarse por
los antiguos trazados.
María Reiche en el Perú trabajó durante muchos años como profesora de matemáticas y como traductora. | Fuente de imágenes. |
Kosok le mostró a Reiche
varias de las fotografías de los geoglifos que él había tomado desde un avión,
y esas imágenes despertaron mucha curiosidad e interés en Reiche, tanto así que
se apasionó por ellas.
Incluso, cuando Kosok se fue del Perú en 1948,
la alemana asumió su trabajo, según señala la revista Smithsonian.
Los enigmáticos geolgifos
En las pampas de Nasca
existen algo más de 800 trazados que poseen decenas de metros de largo cada
uno, de las cuales unas 300 son representaciones geométricas y otras 70 son
representaciones con figuras de plantas, animales y seres antropomorfos, que
son las más famosas.
En las pampas de Nasca existen algo más de 800 trazados que poseen decenas de metros de largo cada uno. |
Estos trazados se hallan
en el desierto de Nasca, ubicada a unos 400 kilómetros al sur de Lima, la
capital peruana. Las líneas fueron
elaboradas como zanjas o canales en la arena, es decir, son una especie de
grabados de bajo relieve.
Los investigadores consideran que estas figuras fueron realizadas entre los
años 200 a.C. y el 500 d.C., en un área que comprende unos 450 kilómetros
cuadrados, y lo más resaltante es que solo pueden ser
vistos a plenitud desde el aire.
Con la realización de
estas enigmáticas figuras los antiguos nasquenses convirtieron un extenso y desértico territorio en un paisaje cultural con mucha simbología,
ritual y social, señala el Ministerio de Cultura de Perú.
Estas figuras fueron realizadas entre los años 200 a.C. y el 500 d.C. |
Las Líneas de Nasca fueron descubiertas en el año 1927 por el arqueólogo peruano Toribio Mejía Xesspe, y Paul Kosok llegó a la conclusión de que estos antiguos trazados eran "el libro astronómico más grande del mundo", con los cuales la antigua sociedad Nasca marcaba los solsticios de invierno y verano.
Desde entonces los
investigadores, incluyendo Reiche, han presentado diferentes hipótesis, pero a
ciencia cierta, aún hasta el día de hoy no se conoce cuál era su finalidad.
María Reiche decide mudarse al desierto
Poco tiempo después de
conocer a Las Líneas de Nasca, María Reiche tomaría una de las
decisiones más radicales e importantes de su vida, el de mudarse al desierto
para estudiarlas de cerca y al mismo tiempo protegerlas.
En un principio ella se
construyó una pequeña cabaña muy cerca de las figuras, ahí vivió sola,
vistiendo ropas muy sencillas. Lo más probable es que no tenía ni agua, ni
electricidad.
Foto: Javier Silva |
Al verla trabajando en el desierto algunas personas la llamaban loca,
bruja, entre otros adjetivos despectivos, pero ella no tomó importancia a estos
insultos y nunca claudicó.
En aquellos años
cualquier persona que andaba por las pampas podía pasar sin percatarse por
encima de los trazados porque a simple vista no se ven desde el suelo, Reiche
se dedicó con mucha valentía a evitar eso y ahora podemos decir que lo logró.
Al verla trabajando en el desierto algunas personas la llamaban loca, bruja, entre otros adjetivos despectivos. |
Quienes la conocieron la
describen como una mujer tenaz y fuerte.
Sola, a pie y con sus propias manos, “barriendo las líneas”, como ella misma
decía, logró restaurar varias de las figuras de las pampas de Nasca.
Además de eso, planteó la teoría de que estas líneas
funcionaban como un calendario astronómico y propuso que algunos de estos
geoglifos eran representaciones de "formaciones celestiales",
según señala el arqueólogo y antropólogo Federico
Kauffmann.
Aunque, estas hipótesis
planteadas por Reiche no han podido ser comprobadas por estudios posteriores.
Pero lo más importante
que hizo esta profesora alemana, según la opinión del investigador César Coloma Porcari, fue dar a conocer
al mundo los trazados. Su solitario trabajo en el desierto de un país lejano al
suyo, llamó la atención de muchos investigadores de otros países y hasta de
cineastas. Las Líneas de Nasca se
hicieron famosas en el mundo gracias a ella.
El Perú está en deuda
con esta dama, sobre todo por su estricto empeño en que estas fueran
conservadas, señala Kauffman.
Tras varios años de investigación. María Reiche se mudó a la ciudad de Nasca, y luego, en 1974, recibió una subvención de la famosa revista National Geographic por su incansable y valiosa labor.
Lo más importante que hizo esta profesora alemana fue dar a conocer al mundo los gigantes trazados de Nasca. |
Las líneas de Nasca se convierten en un importante patrimonio
En el año 1993 el estado
peruano declaró a las Líneas de Nasca
como reserva arqueológica y Patrimonio Cultural de la Nación.
Un año después la Unesco
lo declaró como Patrimonio Mundial de la Humanidad. En esa declaratoria la Unesco señala que se
trata de “uno de los mayores enigmas de
la arqueología" y “un singular y magnífico logro artístico de la cultura andina".
En sus últimos años la
ilustre matemática alemana se trasladó a la habitación de un hotel cercano a
las líneas donde pasaba sus días. Falleció
el 8 de junio de 1998, en la ciudad de Lima, pero tras su deceso no fue
olvidada, hasta el día de hoy es querida, reconocida y, sobre todo, recordada
por los peruanos como la "Dama de
Nasca".
Debemos recordar siempre
que, si no hubiera sido por la labor de
esta ilustre dama alemana, probablemente los misteriosos dibujos de las pampas
de Nasca ya no existirían.
Fuentes consultadas: www.bbc.com | www.efeminista.com
Artículos referenciales:
María Reiche, la matemática alemana que dedicó su vida a proteger las líneas de Nasca en Perú
La alemana María Reiche, una vida dedicada a defender las Líneas de Nazca
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