Tras la invasión europea al mundo andino, tuvieron que
pasar varios siglos para que la música andina pueda tener un lugar especial en
nuestras fechas célebres. Parece que estos siglos de menosprecio y
postergación, por parte de quienes ‘renegaban’ de nuestra cultura ancestral, no
le hizo mella, porque dicen, está enraizada en lo más profundo de la madre
tierra, la Pacha Mama.
Tras la invasión europea
al mundo andino, tuvieron que pasar varios siglos para que la música andina
pueda tener un lugar especial en nuestras fechas célebres, en nuestro
Calendario Cívico Nacional. Parece que estos siglos de menosprecio y
postergación, por parte de quienes ‘renegaban’ de nuestra cultura ancestral, no
le hizo mella, no lo desapareció, más al contrario, lo fortaleció y sutilmente
lo expuso al mundo gracias a la labor y al talento de compositores y músicos
amantes del legado ancestral andino, como el gran Daniel Alomía Robles, quien
tras años de investigaciones y hacer recopilaciones de antiguas melodías
netamente andinas creó lo que hoy llamamos el segundo himno del Perú, El Cóndor
Pasa; pero la música andina no es solo esta melodía famosa en el mundo, o
melodías similares, o ritmos y estilos más contemporáneos y populares
ejecutados con el acompañamiento de instrumentos modernos u occidentales, o la
llamada ‘música latinoamericana’; la música andina implica una amplia variedad
de ritmos, estilos e instrumentos que se dan en toda la zona geográfica andina,
he ahí su riqueza que bien vale la pena conocer y resaltar.
La Canción
Andina conserva en sí misma la esencia del hombre andino, su historia, sus
tristezas y sus alegrías, y eso mismo podemos notar en sus diferentes
variantes, desde un alegre y viril huaylarsh, un zapateo en la parte final de
una chuscada, hasta una melódica tunantada o un huayno romántico ayacuchano;
hay para todos los gustos, como se dice coloquialmente. No olvidemos que todas
estas variedades rítmicas y melódicas derivan de un antiguo ritmo madre, el
wayñu precolombino, aquella que se ejecutaba solo con tinyas, pinkullus o
antaras en las grandes festividades que se realizaban en el Tawantinsuyu o en
los ritos ceremoniales de culturas antecesoras a los incas. Incluso una
reciente investigación concluyó que nuestros antepasados estaban más
adelantados que los europeos de su tiempo en cuestiones musicales.
El
musicólogo e investigador peruano Américo Valencia Chacón, quién en vida fue
presidente del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Peruana
(Cidemp), aseguró, en una nota publicada por la agencia EFE, haber identificado
trece tonos al hacer sonar réplicas de ancestrales instrumentos de viento
utilizados en el siglo V. Esta investigación sugiere que la música del antiguo
Perú pudo adelantarse mil años a la música europea de su tiempo al desarrollar
una escala musical de trece tonos. Esto rompe con la creencia de que las
culturas prehispánicas solo utilizaban cinco tonos para hacer música.
Instrumentos musicales precolombinos: (izquierda) Antara de la cultura Moche; (derecha) Antara de la cultura Nazca. |
Origen e historia
Hace muchos
milenios atrás, el hombre primitivo, el primer músico andino, descubrió un
sonido muy particular al soplar un palo de caña y consideró que este sonido era
el lenguaje de los dioses, es así que lo adoptó, lo hizo suyo, parte de su
vida, de su ritualidad y su historia, hasta nuestros días.
Como evidencia de ello se han hallado las flautas más antiguas de nuestro continente en la ciudad de la Civilización Caral, que datan de hace cinco mil años, instrumentos que eran ejecutados en las ceremonias de aquella época y, probablemente, en festividades en honor a las deidades de nuestros antepasados. En muchas de las excavaciones arqueológicas similares se han encontrado instrumentos como bocinas, sonajeros, flautas de pan, quenas o silbatos; entre ellos los famosos ‘huacos silbadores’, cuya historia e importancia requieren de otro artículo especial.
Instrumentos musicales con grabados encontrados en la ciudad de Caral. |
“Los
instrumentos musicales, portadores de ese misterio primigenio, surgen del humus
fértil, de la madera, piedras y caracolas, de los caparazones de animales así
como de sus huesos, pieles y pezuñas. Ellos son el vector que transmite el
Sonido místico del universo junto al alma del hombre que los tañe, en un viaje
de retorno al Espíritu que les dio origen”, esto escribe Alejandro Iglesias
Rossi, quien es Director de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas
Tecnologías de la Universidad Nacional de Tres de Febrero de Argentina. Él considera que los instrumentos del cielo eran los pájaros, truenos y huracanes,
y los instrumentos de la tierra eran los árboles, huesos y semillas.
Tras la
llegada de los europeos, llegaron también con ellos novedosos instrumentos de
cuerdas y de viento que se desarrollaron durante milenios en esa parte del
mundo. De hecho, un hallazgo arqueológico en Alemania determinó que los
primeros instrumentos de viento de Europa datan de hace 40.000 años, los
instrumentos hallados tienen la forma de flautas hechas de huesos de pájaro y
marfil de mamut, según indica una publicación del portal ww.redhistoria.com.
Llegaron con
ellos también las escalas heptatónicas temperadas y diversas armonías. A
consecuencia de este contacto, entre lo andino y lo occidental, la música
andina se vio, inevitablemente, influenciada y sufrió muchas modificaciones y, como consecuencia, nuestra música andina actual es el resultado de una mezcla
de culturas.
No solo se
crearon nuevas variedades del wayñu antiguo, si no también se modificaron
muchas de las tradiciones y costumbres que se exponían en las letras de la
música andina precolombina, como el uso del idioma y las danzas. Llegaron con
ellos también las costumbres africanas, de los orientales y costumbres de otras
migraciones europeas. Los esclavos traídos de África trajeron con sigo sus ritmos
musicales y costumbres, resultado de este mestizaje, de lo andino y lo
africano, nació la saya.
Es así como
el músico andino halló nuevas formas de expresarse usando estos novedosos
instrumentos y los ya existentes, y es así como la instrumentación de nuestra
música andina sufrió transformaciones a lo largo de su historia; los ritmos
andinos sufrieron alteraciones y finalmente fusiones con otros ritmos traídos
del viejo continente. Con la llegada de los españoles a América del Sur, se
produjo uno de los cambios más trascendentales dentro de la música andina. Por
ejemplo: los hombres andinos dieron a la guitarra su particular toque y estilo,
o sea, su propio lenguaje musical a la hora de interpretar sus huaynos, y al emplear cuerdas mucho más cortas y un
caparazón de armadillo como caja de resonancia, crearon el charango, de forma
muy similar a la guitarra pero más pequeño.
En la
actualidad, la música andina ha recobrado posiciones y ha evolucionado de forma
exponencial por lo que es conocido a nivel mundial y muy valorado, sobre todo
por el tipo de instrumentación que tiende a evocar a la calma, paz y a la
naturaleza, y todo esto gracias a la inagotable labor de los músicos andinos de
tierra adentro, o de aquellos que migraron a las urbes y crearon nuevas
corrientes musicales, como la llamada “música andina contemporánea”. Gracias a
la labor de estos artistas y creadores la música andina ha derrumbado
prejuicios y ha conquistado a todos los estratos sociales.
Para
entender la música andina hoy en día es necesario saber su historia y el
proceso de transformación que tuvo en todos estos siglos, pero cabe resaltar,
que su esencia a día de hoy sigue vigente porque aun en los rincones más
profundos de Sur América se sigue difundiendo de generación en generación; porque dicen, está enraizada en lo más profundo de la madre tierra, la Pacha
Mama. ¡Feliz Día de la Canción Andina!
El dato
-En el Perú, cada 15 de
junio se celebra el Día de la Canción Andina, fecha que se oficializó durante
el gobierno del ex presidente Alejandro Toledo, en el 2006, mediante decreto
supremo.
Fuentes
consultadas: www.elorejiverde.com | www.efe.com www.redhistoria.com | www.danielmartin-mallets.com
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