Según los estudiosos, este armazón de madera era el marco de un antiguo espejo de mano que perteneció a la cultura Wari, el primer
imperio que se desarrolló en el antiguo Perú.
Si bien es cierto, las culturas
del antiguo Perú no llegaron a conocer el vidrio, pero si conocían las piedras
cristalinas o reflectantes, como la antracita, que es una roca oscura al cual pulían
tantas veces hasta volverlo reflectante, y con eso crearon espejos.
El portal www.antiguoperu.com, sitio web
especializado en temas de arqueología, señala que en los túneles de Chavín de Huántar se han hallado piezas de antracita y sostiene que estos habrían sido usados para reflejar la luz de las
antorchas o que incluso pudieron haber sido empleados para redirigir la luz
solar hacia las oscuras galerías y pasadizos del mencionado complejo arqueológico.
Pero estas
piedras reflectantes también eran usadas como espejos por los antiguos peruanos,
tal como lo hacemos en la actualidad. Una pieza de antracita fue colocada en este
armazón de madera que, según los estudiosos, era el marco de un antiguo espejo
de mano de las culturas Wari-Chimú, culturas que se desarrollaron en los
territorios del actual Perú, entre los siglos IX a XII d. C.
Según los estudiosos, este armazón era un marco de un antiguo espejo de mano de las culturas Wari-Chimú. | Foto: Museo Metropolitano de las Artes - Nueva York |
Este antiguo
marco de madera mide 26 x 13.3 cm, y los
pequeños puntos negros que notamos, en varias partes del marco, son agujeros
donde se colocaron minúsculos clavos de plata, con el cual se sujetaba un delgado
laminado de oro o plata que recubría el recuadro, eso le daba un brillante
acabado. Algunos de los clavos aún se conservan
en su sitio. Se ha dicho siempre que los antiguos peruanos no usaban clavos,
esta pieza refuta esas afirmaciones.
En la parte posterior
del recuadro podemos notar una cavidad relativamente profunda, lo cual servía
para sostener la pieza de piedra pulida.
La pieza presenta una cavidad donde se sostenía una piedra reflectante. |Foto: Museo Metropolitano de las Artes - Nueva York |
Por los
detalles que adornan el marco de este antiguo espejo, los investigadores han determinado que se trata de estilo wari, civilización
precolombina que es considerada como el primer imperio panandino del antiguo
Perú, que se desarrolló entre los años 700 y 850 de nuestra era, cuya expansión
abarcó una gran parte del actual Perú y cuya capital estaba en Ayacucho.
Llegaron a dominar los valles de la costa norte del Perú donde se asentaron los
antiguos moche, los lambayeques y los chimúes.
Es por esa razón que en los diseños que adornan esta antigua pieza se puede hallar más influencia chimú o lambayeque que wari, detalla el portal www.antiguoperu.com. Claramente podemos notar que la figura principal tallada dentro del recuadro se trata de una balsa de totora y un guerrero con una corona con plumas que sostiene un tumi y una porra, una representación muy común en la iconografía de las culturas del norte del Perú, como el Dios Degollador, la principal deidad de los mochicas.
Este objeto parece ser la representación de un momento muy crucial en nuestra historia: el encuentro de varias culturas de la costa norte del antiguo Perú con el imperio wari, sostiene el portal www.antiguoperu.com.
Este antiguo
espejo no fue hallado en una excavación arqueológica, su hallazgo se produjo como producto del huaqueo, eso es lo que ha
dificultado a los investigadores hacer una interpretación más acertada sobre ella.
No se sabe en qué lugar fue hallado ni sobre los demás objetos que estaban junto
a él, ni si fue parte de un enterramiento o de alguna ofrenda. Sin esos valiosos
datos, lamentablemente, los arqueólogos
no han podido reconstruir el pasado de este objeto.
Este objeto parece ser la representación de un momento muy crucial en nuestra historia. |
El portal www.antiguoperu.com deduce que
probablemente esta pieza fue hallada en una zona seca y desértica en algún lugar
entre el norte de Lima y Lambayeque, zona en donde coincidieron los wari y los chimú.
Es probable que los huaqueros se deshicieron de la antracita reflectante para venderla por
separado, afirma.
No se sabe cuándo
fue hallada por los huaqueros, pero si se tiene conocimiento de que durante el
siglo XX pasó por las manos de varios coleccionistas privados, hasta que en el
año 1995 uno de estos extranjeros lo
donó al Museo Metropolitano de Nueva York, lugar donde fue restaurado y se
conserva hasta el día de hoy.
Foto: Museo Metropolitano de las Artes - Nueva York |
Probablemente aún existan miles de antiguas piezas que, como este espejo, lamentablemente, fueron extraídos ilegalmente como
producto del huaqueo y vendidos a coleccionistas privados en el extranjero. Unos
pocos terminaron en los museos, como es el caso de este espejo wari, otros tantos
fueron devueltos a nuestro país tras largos años de litigios, y muchos aún permanecen
en manos de coleccionistas inescrupulosos quienes harían muy bien en devolverlo al país de su origen o donarlo a algún museo
en el Perú, porque estos son parte del patrimonio cultural de los peruanos.
Fuentes consultadas: www.metmuseum.org | www.antiguoperu.com
Fotos: Museo Metropolitano de
las Artes - Nueva York
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