Sayri Túpac, es poco recordado por nuestra historia; fue el
segundo inca de la resistencia de Vilcabamba que inició su padre, Manco Inca,
contra el dominio español en 1536. Conoce en este artículo la historia de este
inca y detalles de esta etapa de nuestra historia.
Sayri Túpac, fue uno de los hijos de Manco Inca, se ciñó la mascaipacha en
el año 1554, diez años después de que su padre, quien intentó recuperar el Tawantinsuyu revelándose en contra de
los españoles, fuera asesinado. Cuatro
años después de haber sido nombrado como inca, inició negociaciones para
abandonar su cargo y luego convertirse en súbdito español. Luego de eso se
casó con su hermana en un rito católico, evento que se celebró en la catedral
de Cusco y con toda la venia del papa de aquel entonces; siendo este el primer inca en ser partícipe de un matrimonio al estilo
europeo.
Varios
cronistas registraron la historia de este inca, aunque más detalles al respecto
se pueden hallar en los escritos de Juan
de Betanzos y en el libro "La
historia de indio triste" del historiador José M. Valega.
Tras el
asesinato del Inca Atahualpa, los
españoles buscaban tranquilizar a la población tawantinsuyana lo más pronto posible
antes de que estos iniciaran una revuelta y los aniquilaran, para lograr ese propósito,
Pizarro nombró a uno de los hermanos del mencionado inca como nuevo soberano y esa
responsabilidad recayó en el joven Manco
Inca Yupanqui, quien era uno de los 500 hijos que llegó a tener el Inca Huayna Cápac. Luego de su nombramiento
fue objeto de burlas y humillaciones por parte de los españoles que no le permitían
hacer nada sin la previa autorización de ellos. Al darse cuenta de que fue engañado
y que estaba siendo usado como “Inca títere”, reunió un numeroso ejército e
inició una guerra para reconquistar sus dominios. Luego de muchas sangrientas batallas
con los españoles y sus aliados, las etnias colaboracionistas, se retiró a las montañas de Vilcabamba para
continuar desde allí su lucha de resistencia y donde más tarde sería
asesinado por siete almagristas a quienes había brindado cobijo.
Luego de
este hecho, el trono de la resistencia inca debía ser ocupado por su hijo, pero
para aquel entonces, Sayri Túpac, recién
tenía 9 años, por lo que la resistencia fue regentada por su tío Atoq Supa, hasta que el niño alcanzó la
mayoría de edad e inició su gobierno al lado de su hermana Coya Cusi Huarcay, a quien tomó como esposa y con quien más tarde se casaría bajo el
rito católico europeo.
Durante algún
tiempo, ambos permanecieron refugiados en Vilcabamba, desde allí dirigía la férrea
resistencia contra el domino español.
Para vencer
esta resistencia, los españoles tramaron una estrategia, el virrey de aquel entonces,
Andrés Hurtado de Mendoza, encomendó
a Diego Hernández, quien era el marido
de la princesa Beatriz de Guaylas, tía de Sayri
Túpac, para que lo convenciera abandonar su cargo y dejar su refugio a
cambio del perdón y algunos bienes materiales. Le ofrecieron las encomiendas de Yucay, las chacras de Jaquijahuana, que formaban parte de las pertenecías de su
padre, Manco Inca, y dos casas ubicadas en Cusco que fueron del Inca Huayna
Cápac.
El joven
inca, motivado seguramente por esta tentadora oferta, y luego de consultarlo
con sus huacas, accedió y decidió
abandonar su refugio en Vilcabamba y viajó hasta Lima acompañado por su hermana
y un grupo de 300 personas, entre ellos se encontraban curacas, capitanes y
principales. Llegó a la llamada “Ciudad
de los Reyes” el 5 de enero de 1558.
En esta ilustración del cronista Felipe Guaman Poma, aparecen representados el Inca Sayri Túpac y el virrey Hurtado de Mendoza, durante las negociaciones. |
Tras su
llegada a la mencionada ciudad, el virrey le adjudicó una renta de 20,000 pesos
y le otorgó un título de adelantado mayor. Fue
de ese modo como este inca se convirtió en súbdito del rey español y se integró
como un ciudadano más del virreinato. Tras ver estos sucesos los españoles
estaban muy felices, creían que por fin habían liquidado al estado rebelde inca
que se había refugiado en Vilcabamba y que habían logrado la sumisión total del
último inca.
Según el
cronista Garcilaso de la Vega, el
joven Sayri Túpac, tenía 19 años y
era muy apuesto; su hermana, que tenía 17 años, también era bellísima. Y esto
lo confirma el virrey en una carta que le escribió al rey Felipe II, donde dice
de él: “Es muy bonito y parece tener
diferencia de los otros...”
A finales de
ese mismo año, 1558, la pareja retornó a Cusco donde fueron bautizados: Sayri Túpac, cambió su nombre quechua por
el de Diego de Mendoza; y su hermana, Cusi Huarcay, por el de María Manrique. Estos nombres fueron tomados del padre y de la esposa del marqués de
Cañete de aquel entonces y es evidencia de que en el Perú tener un nombre o apellido en
español no necesariamente significa que seas de origen español o seas de esa ascendencia.
Luego de
esto, la pareja expresó su deseo de casarse
formalmente pero bajo el rito católico, y esta decisión conmocionó a los clérigos
de la iglesia católica de la época quienes no podían concebir la idea de
un matrimonio entre hermanos, y que además de eso habían tenido una hija, Beatriz Clara Coya.
Este matrimonio
se llevó a cabo luego de que el rey de España, el virrey y el arzobispo Gerónimo de Loayza, solicitaron al papa
Julio III que les concediera un permiso especial.
Tras el otorgamiento
de esa dispensa papal, la pareja real inca se casó en la catedral de Cusco. Fue el obispo de la Ciudad, Juan Solano, quien ofició la ceremonia y el padrino de bodas fue el
español Alonso de Hinojosa.
Luego de su
boda, la pareja se alojó en un castillo ubicado en Yucay, en el Valle Sagrado
de Urubamba, pero sus súbditos no
tardaron en hacerles notar su desprecio, quienes le reprochaban su mansedumbre y
su debilidad frente a sus enemigos, le negaron completamente su afecto y su
fidelidad.
En sus
nuevos dominios, el inca se sintió renegado, acicateado por el desprecio de su
propia familia, y debió ser muy duro
cuando al fin comprendió que había sido engañado por una civilización extranjera
que le perdonaba la vida a cambio de su renuncia a la gran nación que
forjaron sus ancestros.
Los
cronistas describen que fue preso de un amargo dolor, que vagaba solo y triste
por sus tierras en Urubamaba, hasta que finalmente fue hallado muerto en julio o agosto del año 1561, su cuerpo yacía abrazado
a la tierra, a orillas del río Abancay.
Corrió el rumor
de que fue envenenado por un cacique del pueblo, Francisco Chilche, pero eso jamás pudo ser demostrado.
Lo más
probable es que no pudo resistir al dolor que le causaba su arrepentimiento, debió sentirse muy mal por haber cambiado
al gran Tawantinsuyu por una encomienda; un imperio por un plato de frejoles.
Este fue, tristemente,
el destino que siguieron muchos caciques y familias importantes del antiguo Tawantinsuyu, quienes se bautizaron y se convirtieron en súbditos
del rey de España a cambio de títulos o pequeñas propiedades con los que podían seguir manteniendo sus
privilegios; quienes no solo fueron rechazados por su pueblo y familiares, sino que también
la historia se encargó de ponerlos en el olvido.
Mientras esto sucedía, la resistencia Inca en Vilcabamba continuó, el puesto que abandonó Sayri Túpac, fue ocupado por su hermano Titu Cusi Yupanqui, quien también era cronista, luego de la muerte de este le sucedió su hermano Túpac Amaru I, el último soberano de la resistencia, con quien se reanudó la rebelión desde el valle de Vilcabamba con la intención de recuperar su nación. Los incas resistieron la invasión española hasta la llegada del sanguinario virrey Toledo en 1569.
El Dato
Lo grave y lo anecdótico de este hecho es que Sayri Túpac, ‘señor’ o gobernante legítimo del Tawantinsuyu, al aceptar pacíficamente convertirse en vasallo del rey de España, Carlos I, le cedió el poder político y soberano al monarca europeo y renunció a todos sus derechos. Esta transferencia de poder es conocido en el derecho romano como “translatio imperii”.
Gracias a este hecho es que el actual rey de España, Felipe VI de Borbón, heredó el título de “Rey de las Indias Orientales y Occidentales” que aún ostenta hasta el día de hoy, como bien podemos ver en este artículo donde se indican los 30 títulos que heredó este rey. Pero cabe señalar, que este título es simbólico, no es vinculante, porque en el siglo XIX el Perú se convirtió en un Estado Republicano Soberano, cuya legislación prohíbe la existencia de reyes y nobles. Además de eso, existe un Tratado de Paz y Amistad que firmó la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena en 1879, cuyo convenio prohíbe a cualquier ciudadano español, incluido al Rey Felipe VI, hacer reclamos de derechos políticos en el Perú. (Fuente: www.facebook/Monarquía Imperial Peruana)
Fuentes consultadas:
-Juan de
Betanzos: El gran cronista del Imperio Inca.
-José M. Valega: "La historia de indio triste"
-Mª Carmen
Martín Rubio. Universidad Complutense Madrid
-Los cuatro últimos Incas | www.pueblosoriginarios.com
| www.elperuano.pe | www.es.wikipedia.org
Artículos referenciales:
Ilustración
de portada: colección Mechanical Curator
0 Comentarios