Este mítico guerrero Inca batalló con indomable valor y ejemplar arrojo defendiendo el torreón de Muyucmarca, en Sacsayhuaman, hasta que pudieron sus fuerzas durante la gran rebelión que organizó Manco Inca, con la intención de recuperar sus dominios.
Son pocas las hazañas de los incas que quedaron registradas en las crónicas que detallen con
cierta precisión las batallas entre incas, españoles y sus aliados o colaboradores
indígenas durante la gran rebelión que organizó el heroico y gran estratega Manco Inca en 1536, con la intención de
recuperar, no solo Cusco, sino también todo el Tawantinsuyu; esto debido a que las crónicas fueron escritas
mayormente por españoles.
En estas crónicas
hispanas sobresalió la valerosa figura de un general orejón, a quien en nuestra
historiografía conocemos como Cahuide,
término que es una castellanización de la palabra quechua Q’awiri que expresa ‘vigía’.
Aunque algunos historiadores proponen que su nombre pudo haber sido Tito Cusi Huallpa, otros dicen que pudo
ser quizás Kullash (Culla) o Surihuamán.
Recreación hipotética del gran general incaico, a quien muchos lo conocen |
Según algunos
historiadores, Cahuide habría nacido en Cusco a principios del siglo XVI. No
hay datos históricos sobre quienes fueron sus padres y cuáles fueron sus
nombres. Lo que si se tiene claro es que fueron "orejones" (nobles) de la etnia inca.
Se sostiene que por
tener un origen noble debió haber asistido al Yachaywasi (casa del saber) del
Cusco y que en su juventud decidió seguir la carrera militar hasta convertirse
en un destacado apuquispay (capitán del ejército Inca) cuando el Inca Huayna Cápac gobernaba el gran Tawantinsuyu.
Existe la probabilidad de que Cahuide, en un inicio, haya apoyado a las
huestes pizarristas, tal como lo hicieron los hombres del ejercito del Inca
Huáscar en 1533, con la intención de expulsar a los atahualpistas que habían
ocupado Cusco. Lo que sí se sabe es que cuando inició la gran
rebelión de Manco Inca en 1536 en
contra de los invasores hispanos con la intención de recuperar Cusco y todo el Tawantinsuyu, Cahuide fue uno de los
principales guerreros. Se sabe de su participación en el ataque y cerco a
Cusco, ocurrido el 6 de mayo de 1536, según registraron las crónicas. Mientras Manco Inca se fue a reorganizar su
ejército le encargó defender Sacsayhuaman.
En este trajín, la
situación para los guerreros de Manco
Inca se hizo desesperada, todos los intentos por erradicar a los españoles
del Cusco fracasaron, más aún cuando estos se vieron reforzados por miles de indígenas colaboracionistas: Cañaris, Tallanes, Yungas, Chachapoyas, etc.; los sobrevivientes del ejército de Manco Inca se refugiaron en Sacsayhuamán.
Fue en este lugar que el
mítico guerrero Cahuide, protegido
por un morrión (casco), con una porra en la mano y una adarga (escudo), luchó hasta que pudieron sus fuerzas
defendiendo el torreón de Muyucmarca (lugar redondo en quechua) que estaba
ubicado en la parte alta de Sacsayhuaman.
El ejército de Manco Inca se refugió en Sacsayhuamán. |
Durante los tres días que duró el ataque, al ejército inca se les agotó el
almacén de piedras y flechas. Al bando español, que
estaba al mando de Juan Pizarro, les
llegó el rumor de que también ya les faltaba agua, motivo por el cual lanzaron
más ataques y aprovecharon para atacar por el lado del río Saphy. Los españoles
tenían mucha experiencia en ocupar fortalezas, y gracias a esas tácticas
lograron asaltarlo, pero en ese intento dejaron cientos de sus aliados cañarís muertos
en un foso. Por encima de esos cuerpos pasó la caballería española.
Los españoles vieron con gran admiración cómo el fornido guerrero cusqueño
defendía el torreón de Muyucmarca, motivo por el cual Hernando Pizarro dispuso
capturarlo y ofreció respetar su vida. Pero Cahuide, al ver perdida la
batalla, se envolvió la cabeza con su poncho o manta, según narra Sebastián Lorente, en su libro Historia de la conquista del Perú, y decidió inmolarse arrojándose de la cima del
torreón al vacío, antes que rendirse
y caer en las manos de sus enemigos. Desde aquel entonces se hizo
legendario y se le conoce erróneamente con el nombre de Cahuide.
Se decía de él que era un hombre de carácter combativo y de temple muy
singular, que luchó con un ejemplar valor y arrojo junto a las filas del
ejército de Manco Inca. Fue uno de los
guerreros que en Calca juraron al joven soberano Inca luchar hasta la muerte por
reconquistar el Tawantinsuyu.
Reconstrucción digital del torreón de Muyucmarca, en Sacsayhuaman. | Fuente: www.tierrasvivas.com |
El cronista español Pedro Pizarro describe así lo que
aconteció en aquella batalla:
“...y llegados al otro (torreón) tenía un orejón por capitán tan valeroso
que cierto se podría escribir de él lo que de algunos romanos, este orejón
traía una adarga en el brazo, y una espada en la mano, y una porra en la mano
de la adarga, y un morrión en la cabeza. Estas armas había habido este de los
españoles que habían muerto en los caminos, y otras muchas que los indios
tenían en su poder. Andaba pues este orejón como un león de una parte a otra
del cubo (torreón) en lo alto de todo, estorbando a los españoles que querían
subir con escalas y matando a los indios que se les rendían... Pues avisándole
los suyos que subía algún español por alguna parte, aguijaba (estoqueaba) a él
como un león con la espada en la mano y embrazada la adarga... y mandó Hernando
Pizarro a los españoles que subían que no matasen a este indio sino que lo
tomasen a vida... Visto este orejón que se lo habían ganado (el torreón) y le
habían tomado por dos o tres partes el fuerte, arrojando las armas se tapó la
cabeza y el rostro con la manta y se arrojó... A Hernando Pizarro le pesó mucho
no tomarlo con vida.”
Crónica de Pedro Pizarro
Este personaje
histórico, símbolo de patriotismo, ejemplo de valor y arrojo, hasta hace poco no
tenía un monumento digno de su valía y proeza. Algún colegio debería llevar su
nombre, pero lamentablemente los
peruanos nos dejamos influenciar por las frivolidades de otras culturas que nos
venden sus héroes con afán de lucro y nos olvidamos de los nuestros, como al
gran Cahuide.
Sin embargo, hace no mucho, las autoridades del distrito de Maca, un singular poblado que se halla
en el Valle del Colca, en la región Arequipa, erigieron un monumento para
inmortalizar al mítico guerrero inca. Ahí se le ve defendiendo con fiereza al
torreón de Muyucmarca y abatiendo a un español. Esta pieza escultórica tiene unos 4,60 metros de altura, y fue
realizada por los talentosos hermanos Yanqui Yucra.
En el distrito de Maca se ha erigido un monumento para inmortalizar al mítico guerrero inca. Obra escultórica y artística de los "Hermanos Yanqui Yucra" |
Del mismo modo, existe
otra escultura que representa a Cahuide en la ciudad de Huancayo, que
fue realizado por el escultor peruano Artemio Ocaña.
Y en el área de la
numismática peruana se tuvo una consideración importante a la historia de este
guerrero inca, cuando el gobierno peruano, bajo la presidencia constitucional
de Luis M. Sánchez Cerro, emitió óbolos patrióticos, monedas para recaudar
fondos y financiar el conflicto bélico con Colombia en 1932, en donde aparece la imagen de Cahuide
defendiendo la fortaleza de Sacsayhuáman y la palabra “Defensa Nacional” relacionando de manera simbólica aquel hecho de
defensa con valentía y coraje con el mencionado conflicto. Se acuñaron monedas
en valores de ½, 1, 5, 10 y 20 soles, en plata y oro.
Aquí una muestra de las
monedas de 1 sol de plata y 10 soles de plata bañada en oro. (Nuestro agradecimiento a los amigos de Numismática
billetes Perú por habernos hecho llegar esta información y la imagen).
En 1932 se acuñó monedas peruanas con la imagen representativa de Cahuide. | Foto: Numismática billetes Perú. |
El dato
Cabe resaltar, que tres
siglos después de aquel memorable suceso, Alfonso Ugarte repetiría una similar
hazaña en la guerra con Chile. Pero lo curioso es, que el heroísmo de este
último fue reconocido oficialmente: hay una importante avenida en Lima que lleva su nombre,
del mismo modo varias instituciones educativas. Sin embargo, no pasó lo mismo
con Cahuide. ¿Hasta cuándo continuaremos los peruanos
con nuestro decadente eurocentrismo? Clasificando la valía de nuestra gente por
su origen étnico o por el color de su piel, tal como se hacía ya hace 300 o 400
años. Tengo fe en que las futuras generaciones remediaran eso.
Bibliografía:
-José Antonio Del Busto. La conquista del Perú
(1981)
-Sebastián Lorente. Historia de la conquista
del Perú (1861)
-José Tamayo Herrera. Historia del Perú.
Conquista y Colonia (2010)
Algunos datos
adicionales fueron tomados de: www.peruescolar.blogspot.com | www.elperuano.pe
| www.es.wikipedia.org
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